La cirugía de vejiga prolapsada es un procedimiento para reparar la vejiga de una mujer que se ha caído de su lugar normal, también llamada cistocele o vejiga caída. Si bien la cirugía no suele ser el primer curso de tratamiento, puede ser necesaria para las mujeres que tienen síntomas persistentes. Durante la cirugía, la vejiga se reposicionará correctamente, se eliminará el exceso de tejido y se tensarán los músculos y ligamentos. Los pacientes deben esperar permanecer en el hospital de uno a dos días, seguido de reposo en casa de cuatro a seis semanas después de una cirugía de vejiga prolapsada.
Un cistocele ocurre más comúnmente en mujeres que han dado a luz, porque han tensado los músculos que rodean los órganos pélvicos. Cuando estos músculos se tensan excesivamente, se debilitan. El tejido alrededor de la pared vaginal y la vejiga se estira. Esto hace que la vejiga se cuelgue o se abulte directamente en la vagina de la paciente. La cirugía de vejiga prolapsada puede aliviar síntomas incómodos, como incontinencia urinaria, infecciones de la vejiga y dolor durante las relaciones sexuales.
Para prepararse para esta cirugía, las mujeres deben revelar sus medicamentos, suplementos y otras afecciones médicas. Es posible que sea necesario suspender ciertos medicamentos o suplementos, como los anticoagulantes, la aspirina y la hierba de San Juan antes del procedimiento. La cirugía se realizará bajo anestesia general, por lo que el paciente deberá abstenerse de comer o beber durante un breve período de tiempo. Es posible que se necesiten ciertas pruebas de laboratorio, como análisis de sangre o exámenes por imágenes, para garantizar la salud general del paciente.
Esta cirugía se puede realizar con una gran incisión abdominal o con varias incisiones más pequeñas. En algunos casos, la cirugía se realiza por vía vaginal. Se usa un espéculo para mantener la vagina abierta y permitir que el cirujano acceda a la vejiga caída. Independientemente de la técnica que se utilice, el cirujano reposicionará la vejiga prolapsada y eliminará cualquier tejido sobrante. También es probable que apriete los músculos cercanos para que mantengan el órgano en su lugar de manera más firme.
La mayoría de los pacientes pueden esperar permanecer en el hospital durante uno o dos días para recuperarse. Cuando puedan regresar a casa, los pacientes deben descansar de cuatro a seis semanas. Realizar una actividad extenuante, incluso estar de pie durante largos períodos de tiempo, puede hacer que el procedimiento falle. Los pacientes deben seguir las instrucciones del cirujano con respecto a las relaciones sexuales, que normalmente pueden reanudarse dentro de las seis semanas.
Antes de someterse a una cirugía de vejiga prolapsada, los pacientes deben preguntar a sus médicos sobre los posibles riesgos involucrados. La infección, el sangrado y las reacciones adversas a la anestesia son algunos de los riesgos asociados con todas las cirugías. La cirugía de vejiga prolapsada también puede no corregir el problema o la corrección puede ser solo temporal. Otros riesgos pueden incluir relaciones sexuales dolorosas, lesiones en las estructuras pélvicas circundantes y retención urinaria.