La congelación del cerebro es un fenómeno muy doloroso, que ocurre cuando una bebida fría entra en contacto con el paladar. Las personas que nunca han experimentado una congelación cerebral a menudo son antipáticas, pero cualquiera que la haya experimentado sabe que el dolor, aunque breve, puede ser debilitante.
Aunque la congelación del cerebro en realidad no implica la congelación del cerebro, sí envía los nervios del paladar a un espasmo, lo que hace que los vasos sanguíneos del cerebro se dilaten. Cuando estos vasos sanguíneos se dilatan, provoca un dolor de cabeza agudo. La mejor manera de evitar un dolor de cabeza por helado, o una congelación del cerebro, es no dejar que la bebida fría toque el paladar, lo que a veces no se puede evitar.
Debido a que el dolor causado por la congelación del cerebro no dura mucho, se deben tomar medidas de inmediato. La mayoría de las heladas cerebrales alcanzan su punto máximo en menos de un minuto y pueden durar hasta unos cinco minutos. Existen muchos métodos de acción rápida para combatir la congelación del cerebro. El nivel de alivio puede variar según la persona, por lo que es una buena idea tener a mano varios métodos para aliviar la congelación del cerebro, para probar uno tras otro. Muchos de estos no han sido científicamente probados, pero muchas personas dicen que funcionan.
Algunos de estos métodos incluyen:
Presionando la lengua contra el paladar.
Aguantando tu respiración.
Tomar un trago de cualquier bebida caliente.
Colocarse las manos calientes (las suyas o de otra persona) sobre sus oídos.
Presionando el pulgar en el paladar.
Inhalar por la boca y exhalar por la nariz.
Frotar vigorosamente la nuca.
Los médicos difieren en los remedios anteriores, pero están de acuerdo en que comer alimentos fríos más lentamente puede ayudar a evitar la congelación del cerebro. Calentar alimentos fríos en la parte delantera de la boca antes de seguir comiendo también puede ayudarlo a evitar un dolor de cabeza por helado. Evitar la congelación del cerebro en primer lugar es más fácil que tratarla.
Sobre todo, recuerde que nunca debe molestar a alguien que sufre el dolor de la congelación del cerebro. ¡Puede lamentarlo la próxima vez que sea su turno de tomar un batido!