¿Cuál es el mejor tratamiento para la dispraxia?

El mejor tratamiento para la dispraxia depende en gran medida de la edad de la persona diagnosticada y de los síntomas que manifiesta. La dispraxia, que también se ha denominado síndrome del “niño torpe”, afecta a cada niño de forma individual y puede tener muchos aspectos diferentes. Entre estos se encuentran retrasos pronunciados en el desarrollo de la motricidad fina y gruesa, pero el habla es otra área que puede verse afectada. Además, los niños y adultos dispraxicos tienen una mayor incidencia de afecciones como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y pueden tener relaciones difíciles con sus compañeros o estar sujetos al ostracismo social por lo que necesitarán ayuda y apoyo.

Idealmente, el tratamiento de la dispraxia comienza en la primera infancia, y la afección se diagnostica debido a retrasos motores finos y gruesos y problemas del habla que se hacen evidentes durante los primeros años de vida. Algunos niños no reciben ningún diagnóstico formal hasta que llegan a la escuela, y algunas personas no reciben el diagnóstico de niños, incluso si presentan todos los signos de la afección. El tratamiento temprano puede tomar varias formas diferentes, y la más común de ellas sería trabajar desde tres áreas simultáneamente. En la primera infancia, esto podría significar tener una combinación de fisioterapia, terapia ocupacional y del habla.

Estas terapias no compensan por completo todos los déficits del niño dispraxico y solo son necesarias si un niño muestra problemas. Por ejemplo, algunos niños no tienen retrasos en el habla y no necesitarían terapia del habla. La evaluación de la manifestación individual de los síntomas del niño es la mejor manera de determinar el tratamiento de dispraxia más apropiado.

Es muy probable, dado que los retrasos en las habilidades motoras finas y gruesas y los problemas del habla continuarán hasta la edad escolar, que el tratamiento de la dispraxia también continúe en los años escolares. Para minimizar el estrés en el niño, generalmente se crean planes de educación individualizados (IEP). Estos ayudan a cambiar los requisitos escolares para que sean más amigables con un niño con déficits continuos y, a menudo, exigen servicios continuos como la terapia del habla. En muchos países, estos servicios se brindan gratuitamente en las escuelas públicas como parte de planes de educación individualizados.

La tendencia del niño dispraxico a desarrollar TDAH puede sugerir otras formas de tratamiento de la dispraxia, si esta condición se manifiesta. Una opción es administrar un tratamiento con medicamentos para reducir los síntomas, o las personas pueden buscar alternativamente tratamientos naturales como cambios radicales en la dieta. Cualquier plan de educación individualizado tomaría en cuenta las dificultades con el TDAH y podría proponer adaptaciones que ayuden a estos niños a sobrellevar la situación.

Un área diferente del tratamiento de la dispraxia podría abordar las dificultades psicosociales de la afección y sus efectos en las relaciones con los compañeros. La psicoterapia definitivamente se recomienda para las personas que no fueron diagnosticadas hasta la edad adulta porque la sensación constante de ser diferentes y los resultados negativos de los compañeros y / o maestros pueden tener un gran costo emocional. Los niños también pueden beneficiarse de la terapia, y la terapia no solo podría centrarse en los problemas con los compañeros, sino también en cuestiones como el desarrollo de la amistad y las habilidades de afrontamiento que pueden ser de gran utilidad.