Controlar los niveles de fenitoína es importante para el tratamiento continuo de las convulsiones y la prevención de las convulsiones que ocurren con regularidad. Los niveles séricos no deben ser demasiado bajos o el riesgo de un aumento en la actividad convulsiva es alto. Si los niveles son demasiado altos, aumenta el riesgo de toxicidad. Los niveles exactos variarán con cada paciente individual, pero se usa una base de 10-20 microgramos por mililitro cuando se prueban los niveles en el sistema de un paciente. A este nivel, la mayoría de los pacientes no muestran signos de toxicidad.
La epilepsia y algunos tipos de cirugía cerebral son afecciones que provocan convulsiones. En raras ocasiones, la cirugía del sistema nervioso también puede causar este problema. Generalmente, no hay forma de corregir la causa de las convulsiones, por lo que se administran anticonvulsivos para controlar la aparición de convulsiones. La fenitoína es uno de los medicamentos que se pueden utilizar para reducir la actividad convulsiva. El control de los niveles de fenitoína ayuda a los médicos a encontrar la dosis ideal.
La fenitoína actúa con el cerebro para evitar que se produzcan convulsiones. Una convulsión ocurre cuando las células cerebrales se activan a un ritmo más rápido, lo que hace que el cuerpo se mueva sin control. Los medicamentos antiepilépticos están diseñados para mantener las células cerebrales encendidas a un ritmo normal.
El riesgo de toxicidad es alto debido a la forma en que este medicamento actúa con las funciones cerebrales, por lo que es tan importante controlar los niveles de fenitoína. Cada persona es diferente; las personas tienen diferentes tasas de absorción y tolerancias o medicamentos. Analizar la sangre con frecuencia puede ayudar a los médicos a encontrar una dosis que funcione para cada paciente.
Los efectos secundarios de la fenitoína variarán y dependerán en gran medida de la tolerancia y las dosis individuales. Dentro del rango de niveles normales, la fenitoína se ajusta a un punto que es más beneficioso con una cantidad mínima de efectos secundarios. Si los niveles de fenitoína son demasiado bajos, las convulsiones no se están controlando y ocurrirán, incluso si son menos frecuentes. Si los niveles de fenitoína son demasiado altos, los pacientes experimentan menos actividad convulsiva pero más efectos secundarios, como confusión y movimientos oculares involuntarios.
Los niveles de fenitoína deben controlarse en momentos específicos. Las pruebas deben realizarse entre una semana y 10 días después de que haya comenzado el tratamiento. Los niveles deben probarse a intervalos regulares de al menos una vez al mes para asegurar la consistencia. Además, si las dosis aumentan o disminuyen, las pruebas deben realizarse dentro de una semana del ajuste. Si un paciente tiene un aumento en la actividad convulsiva o los efectos secundarios experimentados, se deben verificar los niveles y ajustar las dosis en consecuencia.