¿Qué es un estado policial?

Un estado policial es cualquier jurisdicción en la que el gobierno controla la vida cotidiana de sus ciudadanos mediante el uso del poder coercitivo. La policía en un estado policial sirve como una herramienta de control social, ya sea en lugar o además de servir como agentes del orden. La disidencia política podría considerarse ilegal en un estado policial y el gobierno podría impedir que sus ciudadanos se fueran. Los ejemplos históricos de estados policiales incluyen regímenes autoritarios como la Alemania nazi, la Unión Soviética y Sudáfrica bajo el apartheid. Algunos observadores han considerado estados policiales modernos como los de Myanmar y Corea del Norte a principios del siglo XXI.

Todos los estados limitan las libertades individuales de sus ciudadanos hasta cierto punto. Como resultado, a menudo se considera que “estado policial” es un término cargado y polémico. Lo que un crítico del gobierno podría llamar una medida represiva, un partidario podría llamar una estrategia necesaria para combatir el crimen, el terrorismo o la subversión.

Técnicas de coerción y control
Las técnicas que utilizan los estados policiales para hacer cumplir sus reglas varían. Las estrategias comunes incluyen el uso de policías secretos que se infiltran en grupos antigubernamentales e informan sobre ellos al gobierno. La vigilancia electrónica también es común. Por lo general, se monitorean los teléfonos e Internet, y la videovigilancia puede usarse para rastrear el movimiento del público. Este tipo de estado policial a menudo se denomina estado de vigilancia.

En algunos estados policiales, la policía religiosa trabaja junto con la policía regular. Por ejemplo, algunos países han tenido patrullas voluntarias cuyos miembros imponen su visión de la moralidad o las costumbres religiosas. El castigo impuesto por estas fuerzas voluntarias a veces es considerado severo por observadores externos.

Grados de vigilancia
Normalmente, un estado policial será una dictadura u otro tipo de régimen autoritario. Incluso los estados democráticos o constitucionales, sin embargo, a veces han utilizado la policía como una forma de control social. Entre 1956 y 1971, por ejemplo, la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos llevó a cabo operaciones encubiertas contra grupos y personas que consideraba subversivas. De manera similar, en el Reino Unido, los opositores a la videovigilancia en áreas públicas y el aumento de los poderes policiales han afirmado que estos constituyen tácticas del estado policial. Los críticos de la excesiva intervención gubernamental en la vida de los ciudadanos, como las extensas regulaciones de salud y seguridad, han acuñado el término «estado niñera» para describir este fenómeno.

Libertad limitada
Algunas organizaciones no gubernamentales publican clasificaciones de países en función de cuestiones como la libertad de prensa y los derechos individuales en esos países. Muchos de los países con el ranking más bajo en estas listas tienen todas las cualidades de un estado policial. Aunque a veces puede ser difícil de juzgar, la mayoría de los analistas se sienten cómodos identificando como estados policiales a aquellos regímenes represivos en los que la maquinaria del estado se utiliza para limitar la libertad y reprimir la disidencia.