Cualquier energía que provenga del uso de madera como fuente de combustible puede denominarse energía de madera. Si bien el término no es común, describe con precisión la fuente de combustible y el beneficio. La dendroenergía fue una vez la principal fuente de energía utilizada en el mundo, pero desde entonces ha sido reemplazada por combustibles fósiles en la mayoría de las áreas. Aún así, hay muchas personas que todavía dependen de la madera como fuente de combustible para obtener energía de diferentes formas.
La forma más común de obtener energía de la madera es quemar el material. El calor producido por el fuego se puede utilizar de diferentes formas. Se puede utilizar como calefacción de espacios, como con fogatas o chimeneas. Además, se puede utilizar para cocinar, o incluso como una forma de producir energía mecánica a través de la creación de vapor, como en locomotoras y algunas centrales eléctricas. Ese vapor se utiliza luego para impulsar engranajes o turbinas para producir energía eléctrica o de otro tipo.
Actualmente, las Naciones Unidas estiman que la dendroenergía proporciona el 14 por ciento de las necesidades energéticas del mundo. Este porcentaje es mucho mayor en los países en desarrollo, donde otros recursos naturales, o la capacidad de adquirir combustibles fósiles, no es tan grande. Los países que se encuentran en tal situación tienden a recurrir a los recursos que tienen más fácilmente disponibles, que a menudo es la madera.
El uso de tales recursos naturales ha llevado al Programa de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas a ayudar a los países en desarrollo mediante la formulación de un plan sostenible de dendroenergía específico para las necesidades y el suministro de esos países. Esto ayuda a estos países a mantener un nivel de independencia energética mientras sus economías tienen la oportunidad de desarrollarse más. Muchos de los países que actualmente utilizan una gran cantidad de dendroenergía se encuentran en África subsahariana.
Los beneficios de la madera son numerosos. Además de estar disponible en muchas áreas diferentes, la madera también se considera una forma de energía renovable porque se puede reemplazar en un período de tiempo relativamente corto. Además, la madera proporciona otros beneficios durante el crecimiento, como el hábitat de los animales e incluso el consumo de dióxido de carbono.
Algunos también critican el uso de la dendroenergía. Muchos temen que la extracción de madera perturbe demasiado la vida silvestre y pueda usarse de una manera insostenible en algunas áreas. Además, aunque ayuda a eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera, la leña quemada devuelve al menos una parte al aire.