Una bisagra empotrada es un tipo de hardware especializado que se utiliza para colgar una puerta. A diferencia de las bisagras a tope estándar, las bisagras empotradas están diseñadas para caber dentro de un bolsillo cortado en la puerta y el marco, lo que permite que la superficie de las placas de las bisagras quede al ras con la superficie de la puerta o el marco. Este tipo de diseño permite que la puerta se asiente completamente al ras contra el marco, en lugar de permanecer en la posición de desplazamiento estándar. Las bisagras al ras también se conocen como bisagras empotradas o embutidas.
Al igual que las bisagras estándar, las bisagras empotradas vienen en variedades rectangulares y redondeadas. Aquellos con bordes cuadrados son generalmente más fáciles de instalar que los redondeados. Al comprar bisagras, es importante hacer coincidir la bisagra con el peso y el tamaño de la puerta del armario. Una bisagra que es demasiado pequeña o no lo suficientemente fuerte para soportar la puerta dará como resultado un rendimiento deficiente con el tiempo. Las bisagras también deben elegirse en acabados que combinen con otros herrajes y accesorios dentro de la cocina.
Instalar una bisagra empotrada es mucho más difícil que instalar una bisagra estándar montada en superficie. En lugar de simplemente sujetar la bisagra a la superficie de la puerta y el marco, los instaladores deben cortar un bolsillo en la puerta para aceptar la bisagra antes de atornillarla en su lugar. Esto se logra tradicionalmente usando un simple martillo y un cincel, aunque este método requiere un poco de habilidad para trabajar la madera. Los instaladores modernos pueden simplemente usar una plantilla de bisagra especial para guiar un enrutador de madera para hacer estos cortes. Algunos gabinetes y puertas también pueden venir preparados para la instalación de bisagras al ras.
La principal ventaja de usar una bisagra al ras es que elimina cualquier espacio entre la puerta y el marco. Estos dos componentes se asientan uno contra el otro, creando una apariencia impecable y limpia que puede ser preferible para algunos propietarios. Al empotrar la bisagra en el cuerpo de la puerta, los instaladores también pueden dejar más espacio disponible para almacenamiento dentro del gabinete.
A pesar de sus ventajas, las bisagras empotradas no son necesariamente la mejor opción para todos los usuarios. La mayor desventaja de la bisagra empotrada es que el instalador debe ser capaz de cortar un bolsillo tanto en la puerta como en el marco. Esto puede ser muy difícil de realizar correctamente con un cincel, y no todos los instaladores novatos tienen acceso a las plantillas y enrutadores necesarios para acelerar este proceso. Las bisagras al ras también tienden a ser menos duraderas que las bisagras estándar y no se pueden usar en puertas muy pesadas. Por lo general, estas bisagras vienen en menos diseños y acabados, lo que deja a los compradores con menos opciones.