Ejusdem generis es una frase latina que significa «del mismo tipo». Como término legal, se refiere a un principio para interpretar el lenguaje de una ley. La regla de ejusdem generis dice que cuando una descripción genérica sigue a elementos específicos, la descripción más genérica se lee para aplicar solo a cosas que pertenecen al mismo grupo o clase que los elementos específicos. Por ejemplo, aplicar ejusdem generis a una ley sobre «ginebra, bourbon, vodka, ron y otras bebidas» excluiría «leche» del término general «otras bebidas». Esto es cierto a pesar de que la leche es una bebida.
La regla de ejusdem generis es una herramienta que pueden utilizar los tribunales de derecho consuetudinario de EE. UU. Y de otros países para determinar el significado que se le dará al lenguaje que enumera elementos específicos dentro de un estatuto. Tales reglas de construcción ayudan a asegurar que los tribunales interpreten los estatutos de acuerdo con la intención del cuerpo legislativo que promulgó el estatuto. Ejusdem generis, por lo tanto, generalmente se usa con precaución. Esto se debe a que su uso se rige por una regla fundamental según la cual el lenguaje legal debe leerse para llevar a cabo la intención de la legislatura. Cuando el lenguaje de un estatuto puede no ser claro en su alcance, ejusdem generis en efecto presume lo que la legislatura pretendía con una palabra general a partir de su uso de palabras más específicas.
Antes de que se pueda aplicar la regla, deben existir ciertas condiciones. El estatuto debe contener una lista de elementos que sugieran que los elementos pertenecen a un tipo o clase de cosas. La lista no puede agotar todos los elementos posibles de la clase o tipo. Un término general que describe la clase o tipo debe seguir la lista de elementos específicos. No debe haber pruebas claras de la intención legislativa de que se dé al término general un significado más amplio que el que se aplicaría a los elementos específicos.
Si las palabras enumeradas en un estatuto no forman un grupo o clase de cosas distinto, la regla de ejusdem generis no se aplica. Asimismo, la regla no se aplica a un solo término que no constituye en sí mismo una clase. Además, si los elementos específicos enumerados incluyen todos los elementos posibles en una clase, cualquier descriptor general que siga a la lista se leerá como aplicable a una clase más grande de elementos.
Con los avances tecnológicos pueden surgir casos interesantes de aplicación de ejusdem generis coherentes con la intención legislativa. Los ejemplos históricos incluyen decidir si un automóvil era un «carro» a los efectos de las reglas de negligencia, o si la bicicleta recién inventada era una «máquina». A medida que continúan los avances en la tecnología moderna, la integración de nuevas tecnologías en una clase puede resultar más difícil. Una cosa podría ser tan nueva y diferente como sui generis, «de su propia clase».