También conocida como enfermedad de Dercum, la adiposis dolorosa es una enfermedad que resulta en la formación de tumores benignos llamados lipomas. Los lipomas están hechos de tejido graso y se encuentran debajo de la piel, generalmente en las piernas, los brazos o el torso de las personas con adiposis dolorosa. Si bien los lipomas causados por otras afecciones a veces son completamente indoloros, las personas con esta enfermedad generalmente experimentan mucho dolor a causa de sus tumores. La adiposis dolorosa es una enfermedad muy poco común y los investigadores aún no están seguros de qué la causa. No se ha descubierto una cura, pero existen tratamientos que se enfocan en ayudar al paciente a lidiar con el dolor asociado con esta enfermedad.
El síntoma más conocido de la adiposis dolorosa es tener más de un lipoma doloroso. Los trastornos del sueño y la fatiga general también son comunes en las personas diagnosticadas con la enfermedad, especialmente si la persona experimenta regularmente un dolor intenso. La dificultad para concentrarse, lapsos frecuentes de memoria y la torpeza también se asocian con la enfermedad, lo que a veces afecta significativamente la calidad de vida del paciente. La sensibilidad generalizada, especialmente en la planta del pie, son otros síntomas de la adiposis dolorosa. Aún así, pueden presentarse otros síntomas, como fiebre baja a largo plazo, dolores de cabeza leves e hinchazón o hematomas aleatorios, de otra manera inexplicable, de partes del cuerpo.
La adiposis dolorosa es una enfermedad rara, por lo que se carece de una investigación detallada. Si bien los investigadores no están seguros de qué lo causa, se han presentado varias causas potenciales, incluido un trastorno genético. Hay algunos casos reportados de la enfermedad que ocurren en familias, pero debido a la rareza de la enfermedad, estos reportes son pocos y espaciados.
El diagnóstico de adiposis dolorosa puede ser difícil, si es que se diagnostica. Como enfermedad rara y poco conocida, es muy poco probable que se obtenga un diagnóstico rápido y preciso. No existen pruebas formales para confirmar que uno tiene la enfermedad, ni hay muchos signos físicos. Los médicos generalmente se quedan haciendo un diagnóstico basado en lo que le dice el paciente, que puede no ser lo suficientemente detallado y preciso para llegar a la conclusión correcta.
El tratamiento de la adiposis dolorosa a menudo implica tomar medicamentos para aliviar temporalmente el dolor. De hecho, esta es la forma principal de tratamiento porque no existe cura. También se puede realizar la extirpación quirúrgica de los tumores, pero la alta probabilidad de recurrencia puede hacer que la cirugía no valga la pena el tiempo, el dinero y los riesgos para algunas personas.