El bruñido con rodillo es un proceso de acabado de metales que implica el desplazamiento físico de las irregularidades de la superficie en lugar de cortar o pulir. El proceso implica mover un conjunto o rodillos endurecidos contra la superficie de metal bajo presión, lo que provoca que las imperfecciones microscópicas en la superficie de metal se aplanen para obtener una superficie de espejo perfecta. Además del fino acabado logrado con el bruñido con rodillo, una pieza de metal también se endurece por trabajo durante el proceso, dejando así su superficie más capaz de resistir el desgaste y la corrosión. También son posibles altos grados de precisión porque los juegos de rodillos son ajustables. Las ventajas adicionales del bruñido con rodillo incluyen una mayor productividad y bajos costos generales.
Las piezas de metal mecanizadas pueden parecer bastante lisas a simple vista, pero generalmente presentan superficies formadas por numerosos picos y depresiones microscópicas que requieren la eliminación antes de la liberación de la pieza. Esto se puede lograr mediante pulido abrasivo, esmerilado o pulido de una pieza para lograr el acabado de espejo requerido. La pieza también puede bruñirse con rodillo, que es un proceso de trabajo en frío menos agresivo que no solo proporciona un acabado perfecto, sino que también tiene otros efectos beneficiosos. El bruñido con rodillo implica mover conjuntos de rodillos de acero endurecidos y ahusados a través de la superficie de la pieza bajo una presión considerable, lo que hace que la superficie metálica «fluya». Esto aplana los picos y rellena las depresiones en la superficie de la pieza y deja un acabado de espejo impecable.
El proceso de bruñido con rodillo también tiene el efecto de endurecer la superficie de la pieza durante el acabado. El endurecimiento por trabajo refina la estructura cristalina de la superficie del metal a nivel atómico, eliminando bolsas internas y fisuras y aumentando la dureza superficial de la pieza entre un 5 y un 10%. Este efecto es generalmente efectivo hasta profundidades de .001 a .030 pulgadas (0.25 a .762 mm). Esto deja la superficie dura, densa y extremadamente resistente al desgaste, la fatiga del metal y la corrosión, y aumenta significativamente la vida útil de la pieza.
El bruñido no renuncia a nada en términos de control de la dimensión de la pieza, ya que los rodillos suelen presentar ajustes precisos y fáciles de configurar. Otra ventaja del proceso de bruñido con rodillo es un aumento de la productividad resultante de su simplicidad latente. El bruñido requiere menos pasos para completar; Una vez que se configuran las herramientas, operadores no calificados pueden producir miles de piezas sin ningún ajuste. El desembolso de capital en las instalaciones de bruñido con rodillos suele ser más bajo que en otros procesos debido al número reducido de herramientas involucradas. El bruñido también presenta valores promedio de vida útil de la herramienta mucho más largos que los devueltos por otros métodos de acabado, lo que aumenta aún más la naturaleza rentable del proceso.