Un sistema de fabricación flexible (FMS) es un enfoque para organizar el esfuerzo de producción de una empresa de modo que sea posible cambiar o adaptar las políticas y procedimientos de fabricación con relativa facilidad. La idea detrás de este tipo de flexibilidad es a menudo permitir que la empresa se anticipe y cambie las prioridades en función de las innovaciones en la tecnología o los cambios en la demanda de los productos de la empresa. Hay una serie de beneficios y responsabilidades asociados con un sistema de fabricación flexible que deben considerarse antes de intentar utilizar este enfoque para las operaciones de la empresa.
Uno de los principales beneficios de un sistema de fabricación flexible es el cambio para adaptar la operación a las demandas emergentes de ciertos productos por parte de los clientes. Hacerlo puede ayudar a la empresa a capturar una participación de mercado significativa y disfrutar de mayores ingresos mientras la demanda de esos productos permanezca en su lugar. Por ejemplo, una planta textil que opera con un sistema de fabricación flexible puede adaptar rápidamente la maquinaria de cardado e hilado para acomodar la producción de pana en lugar de terry, si el público en general comienza a demandar más ropa hecha con pana, entonces cambie a la producción de felpa una vez que la tendencia haya disminuido.
Otra ventaja de un sistema de fabricación flexible es la posibilidad de minimizar los costos laborales durante las recesiones estacionales y luego aumentar la fuerza laboral durante las temporadas altas. Este enfoque se puede lograr mediante la capacitación cruzada de los empleados que pueden asumir responsabilidades adicionales durante las temporadas de escasez y luego entregar una parte de esas responsabilidades al personal a tiempo parcial durante las temporadas ocupadas. El resultado final es una operación eficiente que aún ayuda a mantener el costo de producción de cada unidad producida por debajo de cierto nivel.
Si bien hay una serie de beneficios para un sistema de fabricación flexible, también hay algunos inconvenientes potenciales que deben tenerse en cuenta. La conversión a este tipo de arreglo a menudo tiene un costo inicial significativo, ya que la maquinaria puede tener que modificarse para permitir una conversión más fácil de los bienes producidos. Este enfoque también suele requerir cambiar la cultura corporativa, un proceso que puede llevar mucho tiempo y resultar en cierta pérdida de eficiencia a corto plazo. Las barreras tecnológicas también pueden ralentizar los esfuerzos para ser más adaptables, lo que requiere una planificación adicional para superar esos obstáculos y generar gastos adicionales para la empresa. Antes de decidir que un sistema de fabricación flexible es la opción correcta, los propietarios de la empresa deben sopesar los beneficios frente a las responsabilidades y decidir si el esfuerzo, en última instancia, redundará en beneficio de la empresa.