Un cliente interno es un cliente que compra productos fabricados por el empleador. El término se puede aplicar en varias situaciones, incluidas las estructuras de la empresa en las que un departamento compra efectivamente productos de otro como parte de la cadena de fabricación. En otras ocasiones, un cliente interno es simplemente un empleado que compró un bien o servicio terminado directamente del empleador, a veces a un precio que se descuenta del precio que se cobra a otros tipos de consumidores.
El concepto de un cliente interno es algo diferente del de un cliente externo. Los clientes externos son compradores que no forman parte de la organización de la empresa. Por ejemplo, si la compañía ABC elige comprar widgets de la compañía XYZ, y las dos compañías no son subsidiarias de una operación comercial más grande, se dice que la compra es externa. Si ABC y XYZ realmente son propiedad de la compañía JKL y operan como subsidiarias de esa organización matriz, entonces la compra se consideraría interna.
Muchos tipos diferentes de empresas disfrutan de un flujo de volumen de negocios de clientes internos. Las organizaciones minoristas a menudo brindan a los empleados oportunidades para comprar productos a precios reducidos, una medida que impulsa a esos empleados a satisfacer sus necesidades haciendo compras con el empleador en lugar de comprar a un competidor. Del mismo modo, los agentes y el personal administrativo que trabajan con las agencias de seguros pueden optar por contratar pólizas con su empleador en lugar de otras agencias. Incluso con individuos que trabajan con compañías de comunicación, se les pueden ofrecer servicios como DSL o servicios de audioconferencia con un descuento que no está disponible a través de otros proveedores.
Uno de los desafíos para cualquier negocio es encontrar formas de incluir la atención interna al cliente en la estrategia general del cliente. Dado que el enfoque de muchas operaciones de servicio y soporte al cliente se dirige hacia el exterior, se pueden pasar por alto las necesidades y preocupaciones de un cliente que es parte de la organización. Esto puede ser contraproducente en varios niveles, a veces hasta el punto de perder negocios y tener un efecto adverso sobre cómo el empleado percibe su contribución al éxito de la empresa. Si elige incluir componentes que brinden incentivos a cada cliente interno y les brinde la oportunidad de recibir asistencia cuando y según sea necesario, a menudo no solo aumentará el deseo de comprar desde adentro, sino que también tendrá el beneficio de motivar a esos empleados a ser productivo en el trabajo como sea posible.
Inteligente de activos.