La recuperación automática es la práctica de retirar y reutilizar piezas automotrices de vehículos inoperables, y luego eliminar de manera segura las partes del automóvil que no se pueden recuperar. Esto se realiza en los desguaces, también llamados recicladores de automóviles. Esta práctica evita el desperdicio de piezas y materiales utilizables, y promueve la conservación del medio ambiente al reutilizar los componentes del vehículo en lugar de desecharlos en un vertedero.
La fabricación de automóviles es la industria más grande del mundo. Como tal, también es el que genera la mayor cantidad de residuos. Este desperdicio supone una carga considerable para los vertederos y, por extensión, para el medio ambiente. La industria de salvamento intenta mitigar este problema reutilizando cualquier parte del automóvil que aún esté en funcionamiento. Se puede recuperar hasta el 76% de las piezas de un automóvil promedio, más que cualquier otro artículo complejo producido en masa.
El rescate automático ecológico generalmente tiene tres fases. La primera etapa, llamada pretratamiento, consiste en preparar el vehículo para el desmontaje. Esto implica drenar todos los fluidos, como el aceite, el refrigerante y el combustible, para evitar que se filtren mientras el vehículo está en el patio de salvamento y se filtre en el agua subterránea. El tanque de gasolina, la batería y los neumáticos también se retiran.
Los fluidos se reutilizan en otro vehículo, se venden o se transportan desde el depósito de salvamento a una instalación de reciclaje. La batería también se revende o recicla. Los tanques de gas, una vez drenados, pueden reciclarse como chatarra. Los neumáticos se pueden reutilizar de varias maneras: se pueden volver a roscar, usar como caucho molido o quemar para obtener energía en instalaciones autorizadas.
El depósito de salvamento puede evaluar las partes restantes y, dependiendo de su condición, repararlas o venderlas. Si un automóvil completo se considera reparable, puede venderse entero. Los astilleros modernos de recuperación automática utilizan una base de datos electrónica para inventariar todas sus piezas y vehículos.
Los ejemplos de piezas que a menudo se buscan en los patios de salvamento incluyen los extremos delanteros o traseros enteros, paneles de carrocería o parachoques, motores, transmisiones, ruedas y componentes electrónicos, entre otros. Debido a que comprar piezas usadas en una de estas instalaciones es más barato que comprarlas nuevas, los consumidores pueden reducir no solo el costo de una reparación, sino también sus tarifas de seguro si la reparación en cuestión es un reclamo de seguro. Los astilleros de recuperación automática también brindan a los propietarios de vehículos raros y fuera de producción la oportunidad de obtener piezas de repuesto difíciles de encontrar.
Una vez que se eliminan todas las partes vendibles, un patio de recuperación automática contrata una trituradora para aplanar el marco del vehículo. Las partes metálicas se pueden vender, y las partes no metálicas se pueden poner de forma segura en un vertedero.