Una huella hídrica es una medida de cuánta agua usa alguien en un período de tiempo determinado. Las huellas hídricas abarcan no solo el agua utilizada directamente por el consumidor, sino también el agua utilizada indirectamente para producir bienes de consumo. Además de observar las huellas hídricas individuales, también es posible considerar las huellas de países, empresas y grupos demográficos. Este concepto se desarrolló en 2002 como parte de un esfuerzo general de las Naciones Unidas para crear conciencia sobre el consumo de agua y abordar la seguridad del suministro mundial de agua.
El agua es un recurso fundamental. En el hogar, la gente usa el agua para beber, cocinar, bañarse y lavarse, pero el agua también participa en la producción de muchos bienes de consumo, que van desde los productos agrícolas hasta el papel. Para medir con precisión la huella hídrica de una persona, la evaluación debe considerar los hábitos alimenticios, el estilo de vida, etc. de la persona, y las huellas hídricas también suelen depender de los estilos de vida que viven otras personas de la comunidad. Los estadounidenses, por ejemplo, tienen una huella hídrica muy grande debido a su dependencia de los productos animales y el maíz como alimento, mientras que las personas en regiones remotas de África a menudo tienen una huella hídrica muy pequeña debido a su dieta y estilo de vida.
Las huellas hídricas incluyen la cantidad de agua dulce utilizada directa e indirectamente, junto con la cantidad de agua que se evapora para satisfacer las necesidades de un consumidor y la cantidad de agua que está contaminada. En cada paso del camino, se pueden realizar mejoras para reducir el tamaño de la huella hídrica. Por ejemplo, controles más estrictos sobre la contaminación agrícola pueden reducir la huella hídrica del consumo de carne, mientras que el uso de la recuperación de agua en las fábricas puede reducir la cantidad de agua dulce desperdiciada en la producción de bienes de consumo.
En la década de 1990, algunos investigadores identificaron el agua como uno de los problemas emergentes del siglo XXI. Se estima que una de cada seis personas de la población mundial carecía de acceso a un suministro seguro de agua dulce en 21, y el suministro de agua está disminuyendo constantemente. Especialmente en regiones con una fuerte presión demográfica, como India y China, el agua es un problema muy serio, y en el mundo desarrollado, surgen conflictos entre naciones que luchan por los derechos del agua, mejores controles de la contaminación y otros problemas relacionados con el agua.
Los funcionarios de las Naciones Unidas pueden utilizar la huella hídrica como una ilustración clara y fácil de entender para mostrar a las personas cómo ellos y sus países pueden mejorar el uso del agua. Al reducir la cantidad de agua utilizada y desperdiciada, las personas pueden contribuir a la seguridad del suministro mundial de agua. La sensibilización sobre los problemas del agua también está diseñada para ayudar a proporcionar la tecnología y los conocimientos científicos necesarios para aumentar el acceso al agua potable.