La neurociencia social es un área de estudio que busca comprender la relación entre los mecanismos biológicos y el comportamiento social. Combina los campos de la psicología social, la psicología biológica, la psiquiatría y la neurociencia para formar una visión más profunda de las emociones, la motivación y el pensamiento humanos. La neurociencia social se basa en la idea de que los factores del entorno social de una persona tienen un impacto poderoso en cómo esa persona se comporta en situaciones sociales y se relaciona con los demás.
En un nivel muy básico, los Homo sapiens son criaturas sociales. Existe una necesidad humana esencial de interacción social, y es el impulso biológico detrás de esta necesidad lo que impulsa el estudio de la neurociencia social. Desde pequeñas unidades familiares que residen en cuevas hasta grandes metrópolis que albergan a millones de personas, la inclinación humana hacia la conexión social está de alguna manera programada en el cerebro. Este impulso natural informa cómo las personas interactúan, cómo responden al mundo exterior y cómo se regulan a sí mismas.
La ciencia ha demostrado que el cerebro está profundamente influenciado por el entorno social. Varios procesos biológicos entran en contacto entre sí en función de las respuestas de los seres humanos a los entornos sociales. Esta serie de intercambios ha sido durante mucho tiempo, al menos desde un punto de vista neurocientífico, bastante misteriosa; así nació la neurociencia social.
Hay varios métodos diferentes utilizados en la investigación de la neurociencia social. Los electrocardiogramas, electromiogramas, endocrinología y resonancia magnética funcional (fMRI) son solo algunos de los procedimientos empleados para comprender mejor los impulsos neuronales que informan el comportamiento. Aquellos involucrados en el estudio de la neurociencia social están menos involucrados con las peculiaridades y hábitos únicos de los cerebros individuales y más interesados en los aspectos universales de todos los cerebros, específicamente en cómo están conectados para la cognición y la interacción social.
El estudio de la neurociencia social está particularmente interesado en cuestiones de autorregulación en entornos grupales. Por ejemplo, los que están en este campo estudian los procesos biológicos detrás de la formación de estereotipos, juicios precipitados y otras reacciones emocionales negativas. Buscan razones neuronales y biológicas sólidas de por qué y cómo estas reacciones pueden integrarse con el cerebro.
La neurociencia social está vinculada a áreas de estudio similares, incluidas la neurociencia afectiva, la neuropsicología cognitiva y la neurociencia cognitiva. Todos estos campos profundizan en las razones biológicas y neuronales del comportamiento, pero la neurociencia social tiene un alcance decididamente más amplio. Mientras que la neurociencia afectiva, la neuropsicología cognitiva y la neurociencia cognitiva analizan la ciencia del estado de ánimo, las emociones y la personalidad, la neurociencia social analiza cómo la ciencia del estado de ánimo, las emociones y la personalidad dicta, en última instancia, los comportamientos en los entornos sociales.