Una fístula traqueoesofágica es una conexión entre el esófago y la tráquea. Estas dos estructuras normalmente no están conectadas y la conexión representa un problema médico muy grave. Estas fístulas suelen ser congénitas, se producen debido a un error ocurrido durante el desarrollo fetal, pero en ocasiones pueden surgir más tarde en la vida, como por ejemplo en forma de una complicación de una cirugía realizada en esta región. La fístula se repara en una cirugía en la que se rompe la conexión y se reparan el esófago y la tráquea.
A menudo, la fístula traqueoesofágica aparece con una condición llamada atresia. En la atresia, la parte superior del esófago termina en una bolsa, en lugar de conectarse con la parte inferior y el estómago. Las personas con atresia, en otras palabras, pueden comer, pero la comida no entra en sus estómagos. Cuando la bolsa se llena, la comida puede derramarse hacia la tráquea a través de la fístula. Cuando ingresa a la tráquea, puede burbujear hacia la boca o fluir hacia los pulmones, lo que puede generar complicaciones para el paciente.
Los bebés con atresia y / o fístula traqueoesofágica tienen algunos síntomas clásicos. Tienen dificultad para alimentarse, a menudo babean y pueden toser, ahogarse o incluso ponerse azules mientras intentan alimentarse o después de comer. Un pediatra puede diagnosticar una fístula traqueoesofágica y recomendar una cirugía para corregir el problema. Dependiendo de la naturaleza precisa del defecto, un cirujano puede realizar dos cirugías diferentes para tratar la atresia y la fístula. El cirujano puede usar estudios de imágenes para aprender más sobre la situación y brindarles a los padres información sobre lo que pueden esperar.
Tener una fístula traqueoesofágica puede ser muy peligroso. Si las personas aspiran comida a través de la fístula, pueden desarrollar neumonía. La aspiración de alimentos también puede causar asfixia y tos, y puede interferir con las vías respiratorias, poniendo potencialmente a alguien en riesgo. Las fístulas traqueoesofágicas son muy reparables con cirugía y es importante recibir tratamiento por comodidad y calidad de vida, y para prevenir complicaciones como desnutrición y neumonía.
Los padres que no pueden pagar una cirugía para tratar una fístula traqueoesofágica pueden acceder a asistencia a través de programas que pagan cirugías para tratar los defectos de nacimiento. Estos programas pueden ser administrados por grupos privados o agencias gubernamentales, y están diseñados para ayudar a los padres a cuidar a niños con tales afecciones brindándoles asistencia financiera que puede ayudar a pagar la cirugía, las consultas con los médicos, la vivienda durante el tratamiento y otras necesidades. Un pediatra puede proporcionar a los padres información sobre programas que pueden resultar útiles.