Una fractura de costilla ocurre cuando uno de los huesos que protege los pulmones se rompe o se agrieta. Estas fracturas suelen ser el resultado de un traumatismo en el pecho, como un accidente automovilístico, una caída o una lesión deportiva. Las fracturas costales suelen ser muy dolorosas, pero por lo general no ponen en peligro la vida, a menos que la costilla rota dañe otros tejidos u órganos internos.
Las fracturas costales son más comunes en adultos que en niños, y los ancianos tienen mayor riesgo. Los huesos de los niños son más flexibles que los de los adultos, y es más probable que un traumatismo en el área del pecho dañe los tejidos y órganos internos que la fractura de una costilla. Los niños que tienen una costilla fracturada suelen ser víctimas de un traumatismo torácico extremadamente grave y, a menudo, sufren daños graves en el corazón, los pulmones y otros órganos. Las personas mayores con huesos debilitados debido a la osteoporosis u otras afecciones pueden fracturarse una costilla simplemente tosiendo fuerte.
Es importante que las personas consulten a un médico después de un traumatismo en el pecho, especialmente si sospechan una fractura de costilla. El dolor de esta lesión puede variar de leve a severo y puede empeorar al respirar profundamente. El dolor alrededor de la fractura de la costilla, cuando se empuja el esternón hacia abajo, es otro signo común. Un médico puede realizar un examen físico completo, que generalmente incluye una radiografía del área del tórax, para determinar si existe una fractura y dónde, y para diagnosticar cualquier problema con los órganos internos, los vasos sanguíneos u otros tejidos.
La mayoría de las fracturas de costillas se curan por sí solas en un plazo de cuatro a seis semanas. Por lo general, se aconseja a los pacientes que descansen tanto como sea posible durante el proceso de curación y que eviten cualquier actividad que cause dolor o dificulte la respiración. Los analgésicos, incluidos los de venta libre y recetados, pueden ayudar a aliviar el dolor y la hinchazón. La anestesia epidural se puede administrar a través de un pequeño tubo insertado en la columna para adormecer el dolor, aunque esto generalmente se reserva para pacientes con dolor severo que no mejora con medicamentos orales.
El uso de bolsas de hielo en el área lesionada durante 10 a 15 minutos a la vez, varias veces al día, puede ayudar a aliviar la hinchazón y el dolor. Respirar profundamente o toser al menos una vez por hora puede ayudar a prevenir la neumonía, un pulmón colapsado y otras complicaciones pulmonares. Dado que la respiración profunda es tan importante, los pacientes con fractura de costillas no deben colocar cinta adhesiva ni envolver el área del pecho durante el período de curación.
La cirugía para reparar costillas rotas generalmente se reserva para fracturas graves que involucran varias costillas o una fractura completa. Un cirujano puede reparar las costillas rotas con placas quirúrgicas y tornillos para mantener el hueso unido y permitir que se produzca la curación natural en el caso de una fractura grave. Es posible que se necesite una cirugía para reparar órganos y tejidos internos si se dañaron debido a una costilla rota.