Una mandíbula dislocada es una lesión dolorosa que hace que la parte inferior de la mandíbula se separe en uno o ambos lados de la cara. Cuando la mandíbula se desprende de la articulación temporomandibular (ATM), a menudo es imposible cerrar la boca y comer o hablar cómodamente. Una persona que experimenta una mandíbula dislocada debe visitar una sala de emergencias o una clínica dental lo antes posible para recibir la atención adecuada. Los médicos pueden realinear manualmente los maxilares y determinar si es necesario o no un tratamiento adicional para prevenir complicaciones.
La mayoría de las dislocaciones de la mandíbula ocurren debido a un traumatismo físico importante en la cara. Una persona puede ser golpeada durante un partido de boxeo o un partido de fútbol, o caer accidentalmente desde una altura. Los accidentes automovilísticos e industriales también pueden provocar traumatismos en la mandíbula. Ocasionalmente, la mandíbula puede dislocarse cuando la boca se abre demasiado durante un procedimiento dental o mientras se come. Las personas que tienen articulaciones inusualmente flojas debido a la genética y las que han sufrido dislocaciones en el pasado son más susceptibles a las lesiones relacionadas con la apertura de la boca.
El dolor y la hinchazón suelen aparecer de inmediato con una mandíbula dislocada. Es especialmente doloroso intentar abrir y cerrar la boca después de la lesión. La mandíbula inferior puede parecer que sobresale hacia afuera o hacia un lado, y la cara puede comenzar a sentirse rígida o entumecida. También puede ocurrir sangrado de la boca o heridas externas, dependiendo de la naturaleza de la lesión.
Es importante buscar atención médica lo antes posible cuando una persona experimenta una mandíbula dislocada. Las prácticas de primeros auxilios generalmente incluyen sostener la mandíbula con un vendaje suelto, usar hielo para aliviar la hinchazón y mantener la calma. En la sala de emergencias, un médico o una enfermera capacitada pueden evaluar la situación y volver a colocar la mandíbula en su lugar con las manos. Para algunas personas, realinear la mandíbula puede ser tan doloroso como la lesión inicial que la dislocó, pero es una parte esencial del tratamiento inmediato.
Los médicos pueden realizar exámenes físicos y tomar imágenes de la ATM en la sala de emergencias para verificar si hay daños importantes. Los analgésicos y antiinflamatorios pueden administrarse por vía oral o inyectarse directamente en la ATM afectada. Una vez que la hinchazón disminuye y el dolor desaparece, al paciente se le coloca un vendaje de apoyo y se le dan consejos sobre la atención domiciliaria. Es importante evitar abrir bien la boca durante varios meses, lo que puede significar que sea necesaria una dieta líquida y de alimentos blandos.
Si la mandíbula o la ATM están gravemente dañadas, es posible que el paciente deba someterse a una cirugía. El hueso en sí se puede limar para evitar el roce, y los ligamentos que sostienen la articulación se pueden acortar y tensar. La recuperación de la cirugía de la mandíbula dislocada suele llevar al menos cinco meses, y es posible que los pacientes deban tomar precauciones adicionales en el futuro para evitar problemas recurrentes de la mandíbula.