Un espasmo esofágico es una serie anormal de contracciones musculares en la garganta que causa dolor y dificultad para tragar. La mayoría de los espasmos son espontáneos y de corta duración, y pueden ocurrir cuando una persona toma un trago de un líquido muy caliente o frío. Algunas personas, sin embargo, experimentan espasmos esofágicos crónicos o frecuentes que afectan significativamente su capacidad para comer y beber cómodamente. El tratamiento más allá de simplemente evitar los desencadenantes no es necesario para los espasmos leves, pero un caso crónico debe ser evaluado y tratado por un médico. Un médico puede sugerir medicamentos, cambios en la dieta y el estilo de vida y, en ocasiones, cirugía para ayudar a prevenir futuros espasmos esofágicos.
No se sabe qué causa exactamente un espasmo esofágico, pero se han identificado varios factores de riesgo. Es más probable que ocurran espasmos leves y ocasionales cuando una persona experimenta acidez estomacal aguda o mucho estrés. Los alimentos o bebidas calientes o fríos pueden causar espasmos repentinos al entrar en contacto con los músculos esofágicos de la garganta. Muchas personas que tienen problemas crónicos de espasmos esofágicos también sufren de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), una afección que causa acidez estomacal frecuente, dolores en el pecho y regurgitación de alimentos. También hay evidencia que sugiere que algunos casos de espasmos esofágicos están relacionados con problemas nerviosos en o cerca de la garganta.
Los síntomas de un espasmo esofágico pueden ser aterradores porque tienden a aparecer muy repentinamente. Un espasmo severo causa dolor inmediato y opresión en el pecho, que puede parecerse a la sensación de un ataque cardíaco inminente. A una persona le puede resultar imposible tragar durante y poco después de un espasmo, y la comida puede regurgitarse de regreso a la boca. Unos minutos después del ataque, puede sentir como si un objeto estuviera atorado en la garganta.
Una persona que sufre un solo espasmo esofágico probablemente no necesite buscar atención médica a menos que el dolor y las dificultades para tragar persistan por más de unos pocos minutos. Si los problemas del esófago se vuelven más frecuentes, generalmente es una buena idea programar una cita con el médico. Un médico puede preguntar acerca de los síntomas y realizar un examen físico completo para tratar de identificar la causa de los espasmos. Es posible que se necesiten pruebas adicionales, como radiografías y endoscopias, si los espasmos y la acidez son molestias crónicas.
La mayoría de los médicos aconsejan a los pacientes que aprendan qué desencadena sus espasmos ocasionales y tomen las medidas necesarias para evitarlos. Los cambios simples en el estilo de vida, como permitir que el café se enfríe o evitar el helado frío, son suficientes para que muchas personas eviten futuros espasmos. Si los problemas esofágicos están relacionados con la acidez de estómago, un médico podría sugerirle evitar los platos picantes, hacer más ejercicio y tomar reductores de ácido de venta libre durante los episodios. Una persona que tiene espasmos crónicos y ERGE puede necesitar tomar medicamentos recetados a diario. En casos muy graves, la cirugía para sujetar y relajar los músculos del esófago puede ser la mejor opción de tratamiento.