La degeneración del lóbulo frontal es una forma de lesión del lóbulo frontal del cerebro donde uno o ambos lóbulos frontales comienzan a atrofiarse. Las condiciones degenerativas como esta son progresivas y empeorarán con el tiempo. Varias afecciones pueden causar la degeneración del lóbulo frontal y el enfoque de tratamiento más apropiado puede variar. Si un paciente comienza a mostrar síntomas, un médico puede recomendar una consulta neurológica exhaustiva para obtener más información sobre el cerebro del paciente y el nivel inicial de función cognitiva.
Los pacientes con esta degeneración pueden experimentar un inicio temprano, especialmente si está relacionado con el abuso de drogas o alcohol. Condiciones como la enfermedad de Pick y la afasia primaria progresiva, ambas asociadas con la degeneración del lóbulo frontal, suelen aparecer antes que la enfermedad de Alzheimer, pero a veces se confunden con ella. Los pacientes también pueden desarrollar esta afección en asociación con trastornos del movimiento como el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). A veces, la afección se confunde con una enfermedad mental como la esquizofrenia, y es importante considerar esto como un posible diagnóstico si un paciente no responde como se esperaba al tratamiento de salud mental.
En la degeneración del lóbulo frontal, los pacientes comienzan a desarrollar cambios de comportamiento. Su memoria a menudo permanece intacta, pero pueden experimentar arrebatos de comportamiento y problemas con sus habilidades sociales. Algunos pacientes pueden tener problemas con el pensamiento y el razonamiento críticos. También carecen de motivación para participar en tareas como las actividades diarias de rutina. Algunos pacientes tienen afasia y pueden desarrollar trastornos del movimiento, especialmente trastornos de la motricidad fina que dificultan el control de las manos.
Los signos de degeneración pueden ser visibles en un estudio de imágenes médicas. Un médico puede recomendar algunas pruebas para averiguar qué causó el daño en el lóbulo frontal. Si bien no es posible revertir el daño cerebral, los pacientes pueden detener la degeneración con tratamiento. También pueden recibir la terapia adecuada para recuperar habilidades. La terapia puede incluir sesiones con psicólogos para desarrollar técnicas de afrontamiento, así como fisioterapia para mejorar la coordinación.
Un paciente con degeneración del lóbulo frontal puede tener un pronóstico variable. Algunos pacientes pueden estabilizarse y mantener las habilidades para la vida independiente, aunque pueden requerir cierto apoyo con la edad. Otros pacientes tienen demencia grave y de rápida progresión. Es posible que necesiten hospitalización y atención hospitalaria prolongada. Estos pacientes pueden ser elegibles para recibir asistencia financiera sobre la base de que el daño cerebral es una discapacidad. Los pacientes con enfermedades relacionadas con el trabajo o el servicio pueden considerar presentar un reclamo contra sus antiguos empleadores para recibir compensación y beneficios adicionales.