¿Qué es una Bulla?

Una bulla, bullae en plural, es el término médico para una ampolla grande, de paredes delgadas y llena de líquido. Las paredes de este tipo de ampolla son translúcidas y el líquido en el interior puede consistir en linfa, sangre, pus o suero, es decir, cualquier tipo de líquido corporal transparente. Una bulla ocurre con mayor frecuencia en la piel, pero también se puede formar en las córneas y en las membranas que recubren el interior del cuerpo, como la boca, la nariz, la garganta y los pulmones. Las causas comunes incluyen picaduras de insectos, infecciones, quemaduras, el virus del herpes simple y reacciones alérgicas en la piel. Los tratamientos recomendados incluyen proteger la ampolla con un vendaje y la aplicación de cremas o lociones medicinales.

En latín, bulla significa burbuja, perno o pomo, y el término se usa particularmente para una protuberancia redondeada que es hueca o llena de líquido. En términos médicos, una ampolla debe tener un diámetro superior a 0.2 cm (0.5 pulgadas) para que se le llame bulla. Las ampollas más pequeñas se llaman vesículas. Una ampolla que se forma en las membranas que recubren el interior de los pulmones se llama ampolla.

Una bulla a menudo se forma como resultado de una lesión en la piel, como congelación o algún tipo de quemadura, incluidas las quemaduras solares, las quemaduras químicas y las quemaduras por fricción. El virus del herpes simple suele causar este tipo de ampolla y, a menudo, se le llama herpes labial. Este tipo de ampollas también pueden ser causadas por el contacto con ciertas plantas y criaturas venenosas, como la hiedra venenosa y las medusas. En algunos casos, afecciones médicas más graves como la varicela, la enfermedad de la tiroides y el lupus también pueden provocar la formación de ampollas.

Una ampolla puede ser epidérmica o subepidérmica, dependiendo de si se forma entre dos capas de piel o debajo de la piel. Una ampolla epidérmica ocurre cuando dos capas de la capa más externa de la piel, llamada epidermis, se separan y el líquido queda atrapado entre ellas. En el caso de una ampolla subepidérmica, existe una separación entre la epidermis y la estructura subyacente de la piel, llamada subepidermis, y luego el líquido llena el área afectada.

Para evitar el dolor y una posible infección, no se debe quitar la piel que cubre una bulla. Los tratamientos recomendados incluyen la aplicación de una crema antibiótica o antiséptica y la protección de la ampolla con un vendaje u otra forma de apósito para la piel. La tintura de benjuí también es un tratamiento recomendado para las ampollas. También se pueden utilizar remedios caseros como aceite de árbol de té, aceite de lavanda, gel de aloe vera y vaselina.