La acrofobia es una de las fobias más comunes y es un miedo extremo a las alturas, que puede inducir sentimientos de pánico, ataques de pánico, náuseas y mareos. Esta fobia no debe confundirse con la agorafobia, el miedo al aire libre o los espacios abiertos, que contribuye a que muchas personas sientan que no pueden salir de casa. Ambas son afecciones graves y comunes, pero de las dos, la acrofobia está más extendida y es posiblemente un rasgo innato en algunas personas.
Lo que constituye las alturas puede variar para cada persona con este miedo. Para algunos, solo se manifiesta cuando una persona se encuentra en un lugar particularmente alto, como un edificio de varios pisos o en la cima de un acantilado que da a un precipicio. Para otros, subir un tramo de escaleras o subir una escalera es suficiente para provocar pánico y angustia. El miedo puede restringir fácilmente las actividades diarias, especialmente cuando es extremadamente pronunciado. Al igual que la persona agorafóbica, una persona con esta fobia puede no querer salir de su casa porque puede enfrentarse inesperadamente a alturas que provocan pánico.
Muchas personas pueden sentirse un poco incómodas cuando se encuentran en lugares altos, y esta experiencia no se limita a los humanos; otros mamíferos muestran incomodidad si también alcanzan ciertas alturas. Por lo general, este término se usa solo cuando se puede decir que la persona o el animal se siente extremadamente incómodo y entra en un estado de pánico cuando se enfrenta a estar en un lugar alto. Las principales teorías utilizadas para explicar este fenómeno sugieren que, como todas las fobias, el miedo se volvió incontrolable tras un incidente traumático en la primera infancia.
Dado que se ha demostrado que otros animales muestran algunos signos de miedo a las alturas, los investigadores ahora plantean que el miedo puede tener que ver con la forma en que funciona el sentido interno del equilibrio. Es posible que la persona con acrofobia no pueda confiar en el sentido natural del equilibrio y continúe confiando en lo que considera un lugar elevado. La sensación de desequilibrio puede provocar pánico, náuseas y vértigo o mareos en algunos casos, porque va en contra de la tendencia natural del cuerpo a permanecer equilibrado.
Esto sugeriría que las personas podrían superar el miedo cerrando los ojos y confiando en el equilibrio natural para estabilizarse. Sin embargo, por lo general, los acrofóbicos tienen tantas incidencias de este sentimiento, que puede que esto no sea suficiente por sí solo, ya que el miedo a las alturas puede estar asociado con un trauma mental. Aunque el miedo en sí mismo puede no ser irracional desde una perspectiva física, los casos repetidos de trauma emocional asociado con las alturas crean un miedo irracional.
Como la mayoría de las fobias, la acrofobia se trata con una variedad de terapias, más comúnmente terapia de exposición. Bajo la guía de profesionales, la persona es guiada a través de experiencias de altura escenificadas, a menudo comenzando primero con vistas de realidad virtual de lugares altos. Esto puede ayudar a desensibilizar gradualmente al individuo a la situación. A veces, los medicamentos como tranquilizantes o antidepresivos son útiles en las primeras etapas del tratamiento, pero cuando la persona puede recuperarse, es posible que no sean necesarios a largo plazo. Además, existe alguna sugerencia, dada la teoría del equilibrio interno, de que la medicación psiquiátrica haría más daño que bien, ya que muchos de estos medicamentos afectan el equilibrio.