En los seres humanos, la columna vertebral es naturalmente curvada. El cuello y la parte inferior de la espalda se curvan hacia adentro, mientras que la parte superior de la espalda se curva hacia afuera. Cuando la columna vertebral de una persona se curva hacia adentro más de lo normal, esto se denomina inclinación hacia atrás. También conocido como lordosis, el problema generalmente afecta las vértebras lumbares en la curva de la espalda baja.
El impacto más obvio de un balanceo es su efecto sobre la postura. Una persona con lordosis estará arqueada hacia adelante, con la pelvis inclinada hacia adelante y las nalgas más prominentes. Si la curvatura es extrema, puede afectar la movilidad de la persona. El dolor también es un síntoma común, ya que la curvatura anormal ejerce presión sobre los ligamentos y músculos circundantes.
Hay varias condiciones posibles que pueden causar un retroceso. Las mujeres embarazadas suelen tener este problema, ya que intentan compensar el peso extra que llevan al frente; la obesidad también puede tener el mismo efecto. Los músculos de la espalda o los isquiotibiales tensos o acortados pueden hacer que la columna se curve excesivamente. Ciertos trastornos de los huesos y la columna, como el enanismo por acondroplasia, la discitis y la osteoporosis pueden provocar un retroceso. La cifosis, donde la parte superior de la espalda se curva excesivamente hacia afuera, a veces puede ir acompañada de lordosis.
Al diagnosticar la lordosis, un médico normalmente comenzará con un historial del caso, incluido cuándo comenzó el problema, cuánto ha progresado y los posibles factores contribuyentes. Por lo general, también realizará un examen físico para establecer el rango de movimiento del paciente y determinar si la curva es flexible, donde se invierte cuando la persona se inclina hacia adelante, o fija, donde no lo hace. Se revisará cualquier síntoma neurológico como dolor, entumecimiento u hormigueo. El médico puede palpar la columna o, en algunos casos, utilizar radiografías y otras pruebas para ver la extensión de la curva y buscar anomalías.
El tratamiento para un balanceo normalmente incluye fisioterapia. Por lo general, se utilizan ejercicios para fortalecer los músculos que sostienen la columna. También puede ser necesario estirar y alargar la espalda y los músculos isquiotibiales para aumentar la flexibilidad.
Además de la fisioterapia, también se pueden utilizar otros tratamientos. En los jóvenes en los que se está desarrollando una inclinación hacia atrás, se puede recomendar un aparato ortopédico para limitar el aumento de la curva. Para los pacientes obesos, la dieta y el ejercicio para reducir el peso pueden ayudar. Los analgésicos se pueden usar junto con cualquiera de estos tratamientos para limitar las molestias. En casos graves, puede ser necesaria una cirugía.