¿Qué pueden aprender los médicos de la relación sistólico-diastólica?

En la mayoría de los consultorios médicos, se tomarán los signos vitales del paciente antes de que el médico ingrese a la sala de examen. Una de las lecturas que se registrarán es la presión arterial del paciente, que se expresa como la frecuencia sistólica sobre la frecuencia diastólica. La relación sistólico-diastólica le dice al médico cuánta presión se ejerce sobre las arterias cuando el corazón se contrae y se relaja. La presión arterial alta es una condición potencialmente peligrosa en sí misma, pero la relación sistólico-diastólica también puede advertir al médico que el paciente puede tener un problema con su corazón, riñones o sistema circulatorio. La presión arterial anormalmente baja puede ser un síntoma de deshidratación, hemorragia interna, ciertas enfermedades inflamatorias o enfermedades cardíacas.

Un latido consta de dos acciones independientes. El corazón se contrae, obligando a la sangre a salir del corazón para que pueda circular por todo el cuerpo. Esta es la fase sistólica. Después de la contracción, el corazón se relaja para permitir que la sangre entre en sus cámaras. La etapa relajada se conoce como fase diastólica.

Al analizar la presión arterial de un paciente, el médico observará cada número, así como la relación sistólico-diastólica. En pacientes mayores de 50 años, los médicos normalmente prestan más atención al número sistólico. A medida que las personas envejecen, la frecuencia sistólica normalmente aumenta como resultado de la acumulación de placa en las arterias y la tendencia de las arterias a endurecerse con el tiempo. Si la relación sistólico-diastólica es mayor de 140/90, el médico sabe que el paciente puede tener presión arterial alta.

Si un paciente más joven muestra una relación sistólico-diastólica alta, el médico puede sospechar que una afección subyacente puede estar causando la presión arterial más alta. El médico puede evaluar al paciente en busca de un defecto en la válvula cardíaca o preguntar si el paciente está experimentando algún síntoma de enfermedad renal. Como la presión arterial puede variar mucho de un día a otro o según la hora del día, a menudo se necesita más de una lectura para hacer un diagnóstico.

Es posible que los pacientes con una relación sistólico-diastólica anormalmente baja deban ser evaluados para detectar hemorragia interna. Las úlceras y las lesiones son causas comunes de hemorragia interna, al igual que los aneurismas o debilidad en las paredes de los vasos sanguíneos, que pueden causar hemorragia interna si estallan. Ciertas enfermedades, como la pancreatitis y la diverticulitis, también pueden causar hemorragia interna. La lectura de la presión arterial del paciente puede proporcionarle al médico información que indique una de estas afecciones.

Aunque un médico puede aprender mucho de la relación sistólico-diastólica de un paciente, la presión arterial por sí sola no es suficiente para permitir un diagnóstico. El médico también escuchará el corazón del paciente, controlará su pulso, escuchará su respiración y hará preguntas sobre otros posibles síntomas. Otros signos vitales, como la temperatura y el peso del paciente, también se incluirán en la evaluación del médico.