La inflamación de los riñones, médicamente conocida como nefritis, es un trastorno médico relativamente común que puede tener varias causas diferentes. La inflamación es la forma que tiene el cuerpo de protegerse de los invasores extraños mediante la liberación de sustancias químicas y la creación de glóbulos blancos adicionales para combatir estas sustancias extrañas. Un trastorno del sistema inmunológico, como el lupus, puede causar inflamación de los riñones sin que haya invasores extraños en el cuerpo. Otras causas potenciales de inflamación de los riñones pueden incluir infecciones del tracto urinario o enfermedad renal. El tratamiento depende de la causa de la inflamación, pero generalmente implica el uso de medicamentos de venta libre o recetados.
La glomerulonefritis es una causa común de inflamación de los riñones. Este tipo de enfermedad renal se desarrolla cuando las estructuras internas de los riñones dejan de funcionar correctamente. Esto puede hacer que los glóbulos blancos se filtren en la orina. A menudo se utilizan antibióticos, junto con analgésicos si hay un dolor significativo presente. En algunos casos, es posible que se necesiten medicamentos para ayudar a reducir la presión arterial, ya que el desarrollo de presión arterial alta es común con la enfermedad renal.
La pielonefritis, más comúnmente conocida como infección renal, es una de las principales causas de inflamación de los riñones. Una infección renal ocurre cuando una bacteria dañina llega a los riñones desde la vejiga. Los cálculos renales también pueden provocar inflamación de los riñones. Ambas afecciones pueden ser bastante dolorosas y deberían provocar una visita al médico.
Los síntomas comunes de la inflamación renal incluyen dolor en la espalda baja o en los lados donde se encuentran los riñones, a veces acompañado de fiebre. Algunos pacientes pueden notar sangre en la orina o experimentar dolor al orinar. Si hay mucha inflamación, puede haber hinchazón o aumento de peso. La hinchazón causada por la inflamación de los riñones suele ser la más notoria en la cara y la parte inferior de las piernas o los pies.
Las opciones de tratamiento para la inflamación de los riñones dependen en gran medida de la causa de la inflamación, aunque en algunos casos no se puede encontrar la causa directa. A menudo se recomiendan analgésicos de venta libre, aunque muchos médicos están dispuestos a recetar medicamentos más fuertes según sea necesario. En los casos en que hay una infección, generalmente se recetan antibióticos. Las afecciones médicas subyacentes, como la presión arterial alta, deben controlarse para evitar daños permanentes en los riñones. Es importante que el paciente siempre siga las instrucciones dadas por el médico e informe cualquier síntoma nuevo que pueda desarrollar.