¿Qué es la anisocoria?

Cuando el tamaño de la pupila de los ojos es diferente y una es más pequeña o más grande que la otra, el término médico para esto es anisocoria. La condición no es necesariamente indicativa de que algo esté mal, y en realidad es bastante común que las personas tengan una diferencia perceptible pero leve en el tamaño de la pupila. Por otro lado, la anisocoria puede indicar algunas afecciones muy graves, y se recomienda que las personas consulten a un oftalmólogo si este síntoma se nota repentinamente.

Como se indicó anteriormente, existen varias razones diferentes para las variaciones del tamaño de la pupila. A veces, estos son graves. El síndrome de Horner, que puede ocurrir como un trastorno congénito, por una lesión en el cuello o debido a la presencia de tumores u otras enfermedades, puede diagnosticarse por la apariencia de los ojos. Una pupila muy pequeña, un ojo caído y un ojo inyectado en sangre pueden sugerir esta afección. La tasa de recuperación de la enfermedad de Horner varía y depende de la causa, pero si se cura, las pupilas podrían volver a tener un tamaño similar.

Una pupila grande que no se dilata con la luz sugiere otras enfermedades. A veces, las personas tienen esta reacción cuando usan ciertas formas de medicamentos para los ojos o si están expuestas a diferentes tipos de sustancias químicas. El tamaño de la pupila puede normalizarse cuando finaliza la exposición. Otra condición interesante que hace que una pupila no reaccione a la luz se llama pupila de Adie, y se desconocen sus orígenes, aunque la condición puede mejorar con el tiempo.

La anisocoria no necesariamente significa cosas benignas, particularmente si ocurre en asociación con una lesión en la cabeza. El hecho de que una pupila no responda a la luz a veces puede significar sangrado en el cerebro. Esto podría ocurrir por un traumatismo contundente o si un aneurisma estalla repentinamente. Otras cosas que pueden causar este síntoma son accidentes cerebrovasculares o daño a los nervios. Diferentes parálisis o parálisis que afectan los nervios ópticos también pueden resultar en anisocoria.

Dada la variedad de causas potenciales, las pupilas de diferentes tamaños son una base médicamente válida para ver al oftalmólogo. El médico puede realizar un examen completo y una cosa que debe determinarse es qué ojo está realmente afectado. Una vez que se determina que una pupila es más pequeña o más grande, los oftalmólogos pueden comenzar a preguntar sobre comportamientos u otros síntomas que podrían indicar una razón. Ciertas afecciones, como el síndrome de Horner adquirido o la sospecha de una lesión en la cabeza, pueden significar que el médico debe llamar a otros especialistas para ayudar a identificar la causa.

En muchas circunstancias, las diferencias de tamaño de la pupila no se tratan, pero las condiciones subyacentes pueden requerir atención inmediata. Es difícil discutir un solo tratamiento de la anisocoria ya que las cosas que pueden evocar su apariencia son muy variables. Por lo tanto, las personas pueden esperar que el tratamiento sea altamente individualizado y dependa de cualquier circunstancia subyacente, si existe.