El íleo paralítico es una desaceleración o detención del movimiento intestinal causado por la parálisis de los músculos del intestino. Conduce a la obstrucción intestinal y puede ser fatal si no se trata. Los tratamientos implican determinar la causa y proporcionar la terapia de apoyo adecuada para abordar el problema médico subyacente. Es posible que un paciente deba permanecer en el hospital mientras se somete a tratamiento, por lo que los médicos y enfermeras pueden monitorear la situación y brindar intervenciones cuando sea necesario.
Algunas de las razones por las que las personas pueden desarrollar íleo paralítico incluyen lesiones de la médula espinal, desequilibrios de electrolitos, ciertos medicamentos, inflamación y cirugía. No es necesario que el intestino esté completamente paralizado para que se desarrolle una obstrucción, ya que incluso una desaceleración parcial puede hacer que los alimentos se acumulen, bloqueando el intestino con el tiempo. Los pacientes pueden experimentar náuseas, vómitos y dolor abdominal asociados con la obstrucción. La falta de movimiento en los intestinos también puede provocar adherencias cuando los intestinos se frotan entre sí.
Los estudios de imágenes médicas pueden mostrar un bloqueo y un médico puede escuchar el abdomen del paciente para recopilar información sobre la cantidad de actividad intestinal. Después de que un médico diagnostica el íleo paralítico, el siguiente paso es la evaluación para determinar la causa. A veces, la causa es un problema como el equilibrio de electrolitos o los medicamentos, y se puede corregir fácilmente cambiando los medicamentos o brindando terapia de apoyo para restaurar los electrolitos del paciente. Mientras se evalúa y se trata al paciente, no se administra nada por vía oral, para evitar exacerbar la obstrucción. Se pueden insertar tubos para despejar la obstrucción y proporcionar nutrición.
A veces, se requiere cirugía para un paciente con íleo paralítico. Existe la posibilidad de muerte del tejido con algunas obstrucciones, lo que requiere que un cirujano extirpe la sección del intestino afectada. En otros casos, se necesita cirugía para tratar adherencias u otros problemas que el paciente pueda desarrollar como resultado de una obstrucción prolongada. En los casos en los que los intestinos están paralizados por un problema permanente como una lesión de la médula espinal, el médico y el paciente tendrán que discutir el mejor enfoque para manejar el problema de por vida.
Trabajar con un gastroenterólogo puede ayudar a los pacientes a lograr los mejores resultados. Estos especialistas médicos se centran en las afecciones que afectan al intestino. Están familiarizados con las últimas investigaciones y tratamientos, y su historial con muchos otros casos puede ayudarlos a identificar y tratar el íleo paralítico más rápido que los médicos habituales. En las regiones donde estos especialistas no están disponibles, es posible reunirse con uno por teléfono o mediante un consultorio de telemedicina, donde el médico trata al paciente de forma remota.