¿Cuáles son los signos de una infección parasitaria?

Algunos de los signos más comunes de una infección por parásitos incluyen trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea, aunque también son posibles otros síntomas. Los parásitos pueden causar reacciones cutáneas como picazón, erupciones cutáneas y llagas abiertas. Las alteraciones del sueño, la disfunción autoinmune y la fatiga también pueden ocurrir como resultado de una infección parasitaria. Se han informado casos de anemia, fiebre e ictericia entre algunas personas a las que se les ha diagnosticado parásitos internos. Cualquier signo potencial de una infección parasitaria debe informarse a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado.

La mayoría de las infecciones parasitarias afectan principalmente a los intestinos y provocan síntomas como calambres abdominales, vómitos o diarrea. También pueden ocurrir náuseas, cambios en el apetito y aumento de los gases intestinales. A veces se pueden desarrollar masas anormales que se asemejan a tumores como resultado de una infección por parásitos, que a menudo causan dolor abdominal y estreñimiento, especialmente si la masa causa un bloqueo intestinal.

Una infección por parásitos puede provocar cambios en la piel como sarpullido, picazón y llagas supurantes o supurantes. En muchos casos, estos síntomas se confunden inicialmente con otros trastornos de la piel como el eccema o la psoriasis. Se debe informar a un médico sobre enrojecimiento, hinchazón o ampollas en la piel para una evaluación adicional. Un dermatólogo es un médico que se especializa en el diagnóstico y tratamiento de trastornos de la piel y debe poder diferenciar entre los síntomas causados ​​por parásitos y otros problemas de la piel.

Las alteraciones del sueño pueden indicar la presencia de una infección parasitaria, a menudo debido a picazón o malestar alrededor del ano. Algunos parásitos viven justo dentro del tracto intestinal y tienden a arrastrarse hasta la abertura del ano para poner huevos. Los niños son particularmente propensos a infectarse con este tipo de parásito.

El sistema inmunológico puede verse comprometido si una infección parasitaria ingresa al torrente sanguíneo. Una persona con este tipo de infección puede fatigarse fácilmente o experimentar infecciones bacterianas o virales recurrentes. La anemia es un término médico que se utiliza para describir una afección en la que no hay suficiente hierro en la sangre. Esta es una de las posibles complicaciones del sistema circulatorio causadas por la presencia de parásitos en el torrente sanguíneo.

La fiebre y la ictericia pueden ocurrir como resultado de una infección parasitaria. La ictericia hace que la piel y los ojos desarrollen un tinte amarillo y puede indicar daño hepático. También se puede desarrollar dolor muscular o articular a medida que los parásitos invaden estos tejidos. Sin el tratamiento médico adecuado, las infecciones parasitarias graves pueden resultar fatales. Por esta razón, es importante informar a un médico sobre cualquier síntoma inusual o molesto para que el tratamiento pueda comenzar lo antes posible.