Los quistes vaginales son bultos que se encuentran en el revestimiento de la vagina. Los quistes son generalmente sacos cerrados llenos de líquido. En la mayoría de los casos, se forma un quiste vaginal cuando los conductos o glándulas de la vagina se obstruyen. Los quistes pueden variar en tamaño, algunos son tan pequeños como una moneda de diez centavos y otros llegan a ser tan grandes como una pelota de golf. Las mujeres con quistes muy pequeños pueden no darse cuenta de su presencia.
Generalmente, estos quistes encajan en una de dos categorías. Aunque puede haber varios tipos de estos crecimientos, la mayoría son quistes inclusivos o de Gartner. El traumatismo vaginal puede conducir a un quiste inclusivo. Las formas más comunes de trauma pueden provenir del parto o una cirugía, como una histerectomía. El quiste de Gartner generalmente se desarrolla a partir de restos de un conducto fetal, que era necesario en el desarrollo fetal, que no desapareció.
Si una mujer tiene pequeños quistes vaginales, es posible que no experimente ningún síntoma. A veces, los quistes pueden agrandarse, tanto que pueden sobresalir por la abertura vaginal. Si esto sucede, una persona puede volverse bastante sintomática. Las mujeres con quistes grandes pueden experimentar dolor vaginal, hinchazón y sangrado vaginal. Algunas mujeres también pueden sentir molestias y dolor durante las relaciones sexuales.
También pueden aparecer otros síntomas de quistes vaginales. Puede haber hinchazón en el área vaginal. Si una mujer tiene un quiste que sobresale, es posible que no pueda usar tampones. Además, también puede haber un bulto notable en el área. Las mujeres con este tipo de síntomas deben consultar a un médico especializado en ginecología para obtener un diagnóstico exacto.
Para diagnosticar quistes vaginales, un médico generalmente realizará un examen ginecológico completo. Se realizará un examen pélvico para un análisis visual y físico de los quistes. Si el médico sospecha que un quiste puede ser un tumor maligno, se pueden realizar pruebas adicionales. Por ejemplo, se puede realizar una biopsia para determinar si el crecimiento es maligno o benigno. Conocer esta información vital puede ayudar a los médicos a prescribir el mejor tipo de tratamiento para el paciente.
Es posible que el tratamiento no sea necesario para los quistes pequeños. En la mayoría de los casos, estos tipos de crecimientos no presentan muchos problemas. Los quistes grandes pueden necesitar tratamiento. Se puede realizar una cirugía para extirpar quistes grandes que causan síntomas graves. El propósito de la cirugía será eliminar la obstrucción física y aliviar los síntomas preocupantes. Por lo general, una vez que se eliminan los quistes, no vuelven a aparecer.
Generalmente, estos quistes no causan grandes complicaciones y los quistes pequeños pueden pasar desapercibidos. Una vez extraídos, los quistes grandes no suelen dejar efectos secundarios duraderos. Por ello, el pronóstico de esta condición de salud es bueno. Los quistes de esta naturaleza no se pueden prevenir, sin embargo, si una mujer sospecha algún tipo de anomalía en su región genital, debe consultar a un médico y examinar el problema de inmediato.