La atelofobia es una condición en la que un individuo exhibe un miedo extremo a no lograr la perfección en cualquiera de sus acciones, ideas o creencias. Esta aversión altamente sensibilizada y temerosa a cualquier tipo de imperfección puede hacer que las personas se vuelvan muy críticas con todo lo que digan o hagan, siempre temiendo que sus ofertas sean defectuosas y no lo suficientemente buenas. El miedo a la imperfección va mucho más allá de querer hacer las cosas de la manera más competente posible; en los casos en los que existe una verdadera fobia, la condición se convierte en una obsesión que efectivamente arruina las relaciones y hace que sea casi imposible funcionar en sociedad.
Al igual que con una serie de fobias, las personas que desarrollan atelofobia suelen ser muy inteligentes y poseen muchos talentos y capacidades. A diferencia de muchas personas que miden su competencia en relación con otras con talentos similares, el verdadero atelofóbico establece un estándar de perfección que es imposible de alcanzar. Debido a este estándar personal imposible, un individuo que sufre de esta condición intentará constantemente refinar, reelaborar o mejorar algo que ya es muy apreciado por quienes lo rodean.
Los síntomas de esta fobia incluyen un alto grado de irritabilidad irracional dirigida a uno mismo y, a veces, manifestada hacia los demás. El atelofóbico a menudo tiene tanto miedo de no estar a la altura que el miedo lo inmoviliza y no puede completar los proyectos o no los entrega por temor a que no sean lo suficientemente buenos. Es común un alto grado de excitabilidad, así como insomnio e incapacidad para relajarse incluso por un par de momentos. El paciente está constantemente nervioso y siente la presión de seguir trabajando hasta alcanzar la perfección.
Debido a la complejidad de los factores que intervienen en la afección, se necesita un psicólogo o terapeuta para identificar y definir verdaderamente la atelofobia. El terapeuta puede ayudar al paciente a aceptar este miedo irracional de no lograr la perfección y encontrar formas de revertir la tendencia. Como parte del curso del tratamiento, el terapeuta puede recomendar el uso de medicamentos contra la ansiedad para ayudar al paciente a relajarse durante breves períodos. La terapia continua es útil para restaurar un equilibrio en la vida que no elimina los aspectos positivos de la competencia ni sofoca la creatividad del individuo. En cambio, la frustración de no ser perfecto se reemplaza con una sensación de logro por un trabajo bien hecho que es digno de admiración por parte de todos, incluida la persona que imaginó y completó la tarea.