La fosforilación de proteínas es la adición de un grupo fosfato (PO4) a una proteína específica, generalmente en un residuo de serina, treonina o tirosina. Generalmente, la fosforilación de proteínas es una de las principales formas por las que la transducción de señales y las actividades enzimáticas se regulan en las células. Los anticuerpos que detectan estos sitios de proteínas fosforiladas se denominan fosfoanticuerpos. La capacidad de detectar el residuo fosforilado de una proteína en un sitio específico es una herramienta valiosa para detectar la actividad de las vías de señalización celular y es clave para comprender muchos procesos de señalización celular.
La adición del grupo fosfato a un residuo de serina, treonina o tirosina puede dar como resultado la activación o inactivación de la proteína al inducir un cambio conformacional en la proteína o al influir en las interacciones de la proteína con otras proteínas o moléculas. La fosforilación juega un papel importante en muchos procesos de señalización celular importantes, incluido el crecimiento y la muerte celular, las vías que inducen o inhiben la tumorigénesis, los procesos de señalización hormonal y la producción de energía. Las proteínas son fosforiladas por enzimas llamadas quinasas y desfosforiladas por enzimas llamadas fosfatasas. Por tanto, el proceso de fosforilación reversible permite que una célula ejerza un control estricto sobre estas importantes vías de señalización.
Los anticuerpos son moléculas en forma de Y que contienen sitios de unión al antígeno al final de cada brazo en Y. Generalmente, los anticuerpos reconocen secuencias únicas en sus correspondientes antígenos, que se denominan epítopos. La producción de anticuerpos se produce de forma natural como parte de la respuesta inmunitaria cuando un huésped se expone a un cuerpo extraño, lo que permite que el anticuerpo reconozca y neutralice específicamente estos antígenos extraños. Este proceso natural se puede utilizar con fines de investigación mediante la generación de anticuerpos que detectarán específicamente un antígeno o proteína de interés. Cuando se generan anticuerpos de investigación, las especies hospedadoras son frecuentemente conejos, ratones, ovejas o cabras, pero los investigadores también pueden usar células inmunes en cultivo para generar anticuerpos contra el antígeno de interés.
Los fosfoanticuerpos se pueden utilizar tanto en investigación como en aplicaciones clínicas. En entornos clínicos, la detección de una proteína fosforilada particular por un fosfoanticuerpo en una muestra de tumor puede ayudar a evaluar el grado del tumor, o incluso ayudar a predecir el resultado de la enfermedad. En entornos de investigación, los fosfoanticuerpos se utilizan con frecuencia para estudiar la activación de las vías de señalización celular en respuesta a un estímulo específico.
Muchas empresas de producción de anticuerpos están disponibles para suministrar fosfoanticuerpos a investigadores y médicos. Los investigadores pueden seleccionar estos anticuerpos de un catálogo de anticuerpos, que a menudo contiene reactivos para cientos de proteínas fosforiladas diferentes. Además, varios proveedores de anticuerpos ofrecen la producción de anticuerpos personalizados para proteínas fosforiladas poco estudiadas para las que no se dispone de un fosfoanticuerpo comercial.