El control de procesos se usa ampliamente en fábricas y otros entornos automatizados para mantener los sistemas funcionando de manera eficiente. En general, la tecnología de control de procesos está diseñada para monitorear sensores y ajustar variables importantes de acuerdo con las lecturas. Esta tecnología permite que las operaciones complejas sean administradas por un grupo relativamente pequeño de personas y ayuda a garantizar que se logre constantemente el resultado deseado. Hay cuatro tipos principales de tecnología de control de procesos, cada uno con diferentes capacidades.
El control de procesos de bucle único es una forma relativamente simple de automatización. Este enfoque utiliza controladores básicos para activar o desactivar procesos de una manera muy lineal y predecible. Los relés electrónicos simples son un ejemplo de componentes que se encuentran comúnmente en un sistema de lazo único. Este tipo de control de proceso se usa a menudo para mover una pieza a través de etapas secuenciales de una línea de ensamblaje de principio a fin, con muy pocas variaciones en el ciclo «bucle». Por lo general, la tecnología de bucle único solo permite iniciar o detener el ciclo automatizado, pero no modificarlo.
Los controladores de secuencia son una clase de tecnología de control de procesos que permite ajustar o redirigir un ciclo automatizado. A menudo se utiliza un controlador lógico programable (PLC) para este tipo de control. Los PLC y otros dispositivos similares pueden monitorear sensores y activar una secuencia diferente de operaciones fuera del ciclo automatizado principal. Una fábrica que puede detectar un producto defectuoso y luego redirigir la línea de ensamblaje a un área diferente para su inspección es un ejemplo de control de secuencia.
Los sistemas de control distribuido (DCS) pueden monitorear y controlar procesos muy complicados. Mientras que un controlador de secuencia generalmente puede modificar una secuencia automatizada en una sola ubicación, un DCS puede controlar muchas variaciones o «ramas» diferentes del proceso. Un sistema de control distribuido a menudo puede detener e iniciar una línea de ensamblaje, redirigir productos a varias ubicaciones y variar la velocidad de una línea de ensamblaje según sea necesario. Un DCS permite ajustar automáticamente una amplia variedad de variables, lo que generalmente mejora la calidad de un sistema de producción.
Los sistemas de control de supervisión y adquisición de datos (SCADA) consisten en la tecnología de control de procesos más compleja. Un sistema SCADA se usa generalmente en fábricas a gran escala y, a menudo, se monitorea y ajusta desde un centro de control central con personal. Además de las características estándar de un DCS, un sistema SCADA también permite que las operaciones se programen en un horario. Por ejemplo, este programa se puede utilizar para activar una secuencia de diagnóstico cada hora con el fin de comprobar automáticamente las máquinas en busca de averías. La tecnología SCADA está diseñada para monitorear una amplia gama de sensores y ajustar muchos aspectos diversos de un proceso automatizado.