El enchapado de yeso, también denominado enlucido de yeso en algunos países, es un método de acabado de paredes interiores. El proceso de aplicación de un revestimiento de yeso comienza con placas de yeso especialmente formuladas, que se clavan en los montantes de la pared para crear una superficie interior plana. Luego, se puede aplicar una fina capa de yeso al yeso, lo que da como resultado un acabado suave y sin costuras. Los tintes se pueden mezclar en el yeso antes de su aplicación si se desea algún tipo de color, aunque también es posible aplicar pintura o papel tapiz en cualquier punto después de que el material se haya secado. El revestimiento de yeso suele ser más caro que los paneles de yeso, aunque ofrece muchos de los beneficios de un listón tradicional y un acabado de yeso sin los costos asociados.
Antes de aproximadamente la década de 1950, el método de listones y yeso era la técnica más común utilizada para crear superficies de paredes interiores en el mundo occidental. Este fue un método muy laborioso que implicó clavar tiras de torneado orientadas horizontalmente a los montantes de la pared interior. A continuación, se aplicaron aproximadamente 13 milímetros (0.5 pulgadas) de yeso al torneado en dos capas. La primera capa de yeso se presionaría a través de los espacios en el material del listón, y luego la segunda capa podría proporcionar una superficie lisa y duradera. Los paneles de yeso comenzaron a reemplazar el listón y el yeso en la década de 1950, aunque también se introdujo el revestimiento de yeso como un método combinado.
Las primeras técnicas de revestimiento de yeso fueron muy similares al antiguo método de listones y yesos. En lugar de listones de madera, se utilizaron tiras delgadas de placa de yeso para anclar el yeso en su lugar. Desarrollos posteriores llevaron a láminas más grandes de esta placa de yeso, que eran esencialmente paneles de yeso con una capa exterior diferente. Estos paneles de yeso especialmente diseñados están recubiertos con dos capas de papel, una de las cuales absorbe la humedad y otra que la resiste. Esto permite que el yeso se adhiera a las placas, mientras que el núcleo interno del yeso permanece protegido del daño por humedad.
La chapa de yeso se aplica de manera similar al antiguo método de enlucido y yeso, aunque se usa mucho menos material. En algunos casos, la capa de yeso tiene solo unos 3 milímetros (0.1 pulgadas) de grosor, aunque las diferentes aplicaciones pueden variar. Por lo general, las paredes deben curarse durante varios días hasta más de una semana, según el grosor de la aplicación. Una vez que hayan curado, es posible aplicar pintura, papel tapiz u otros toques finales. También es posible mezclar tintes con el yeso antes de la aplicación, lo que puede dar como resultado paredes coloreadas que no requieren pintura ni ningún otro tipo de acabado.