¿Qué es el pentámetro yámbico?

El pentámetro yámbico es una forma de ritmo que aparece en poesía, canciones y algunas composiciones en prosa. Está más estrechamente asociado con la poesía, especialmente la poesía inglesa, que se presta muy bien a esta forma particular de ritmo. Uno de los escritores más notables que trabajó en la forma fue William Shakespeare, a quien le gustaba tanto por sus sonetos como por sus obras de teatro, en las que los personajes hablaban clásicamente en verso.

En el mundo de la poesía, el ritmo también se conoce como «métrica». La métrica de un poema está determinada por los «pies» o los patrones de sílabas en la obra. En el caso del pentámetro yámbico, cada verso del poema tiene cinco pies, que toman la forma de yambos, creando una métrica muy distintiva. La subida y bajada del acento en el verso le da una sensación muy melódica y, de paso, hace que sea más fácil de recordar, porque la gente puede usar la métrica como marco para memorizar y recitar poesía.

Los ámbos son pares de sílabas que pueden ser breves y largas, o átonas y acentuadas. Cuando se habla en voz alta, un yambo sigue un patrón «ba-DUM», siendo la primera sílaba corta o átona y la segunda sílaba larga o acentuada. En este ritmo, hay cinco yambos en cada línea, creando un sonido “ba-DUM ba-DUM ba-DUM ba-DUM ba-DUM” que es muy regular y rítmico. Los versos también pueden diseñarse para que rimen entre sí, utilizando una variedad de esquemas de rima que van desde la creación de coplas de rima hasta rimas complejas interconectadas que se desarrollan a lo largo de la composición.

Muchas formas de metro usan yambos, porque son fáciles y naturales de decir. Cuando los poetas componen un nuevo trabajo, normalmente piensan en la forma en que las sílabas sonarán juntas, buscando palabras que armonicen y creen el patrón yámbico, ya sea que estén trabajando en pentámetro yámbico u otra forma de métrica. Si las sílabas chocan entre sí, pueden hacer que la pieza se sienta rígida, forzada o inquietante, lo que puede ser indeseable a menos que sea un efecto deliberado diseñado para evocar emociones específicas en el lector o el oyente.

El uso de diversas formas de metro en la composición poética y escénica es muy antiguo. Como se mencionó anteriormente, el trabajo tiende a ser más fácil de memorizar y recitar cuando tiene una métrica específica, lo cual fue útil en una época en la que pocas cosas se comprometían con el papel, ya que la gente podía transmitir obras de arte e historias tradicionales en verso medido. El trabajo medido también tiende a sonar más agradable al oído, y muchos poetas y autores disfrutan jugando con la métrica en su trabajo.