Tanto la metáfora como la metonimia son figuras retóricas utilizadas por analogía. Una metáfora se considera una sustitución de un concepto por otro, mientras que una metonimia asocia un concepto con otro. Las metáforas son expresiones que muestran similitud entre dos cosas y las metonimias son figuras retóricas que se refieren a una cosa no por su nombre sino por una palabra asociada. Es una relación basada en la continuidad. Mientras que una metáfora es una visión conceptual que presenta ideas como objetos, una metonimia presenta una conexión destacada entre dos conceptos.
La metonimia se utiliza con frecuencia por escrito. Un ejemplo común es cuando un edificio se usa metonímicamente para representar a las personas que trabajan en él. “La Casa Blanca está preocupada por…”. No es el edificio lo que está preocupado por algo, sino la gente que está en él. Este es un ejemplo de un tipo convencional de metonimia cuyo significado se puede entender fácilmente. Las metonimias no convencionales suelen ser más oscuras y solo pueden entenderse con referencia al contexto. “Las planchas de vapor nunca tienen problemas para encontrar compañeros de cuarto” fue escrito por Erma Bombeck y significa que el tipo de persona que posee una plancha de vapor siempre tendrá demanda como compañero de cuarto. En una definición, una metonimia es un aspecto de algo que representa o viene a representar esa cosa como un todo.
Las metáforas son ejemplos de mapas mentales entre dominios en comparación con el pensamiento intradominio involucrado en la creación de metonimias. Una metáfora es una expresión basada en la similitud que se puede utilizar para definir la relación y la transferencia de esa relación entre una cosa, o un conjunto de cosas, a otra. Se cree ampliamente que las metáforas más comunes tienen su base en una experiencia física del mundo. Esta base experiencial indica una superposición con la metonimia. Tener «pies fríos» cuando se usa para significar perder el coraje y no seguir adelante con algo es una metáfora indicativa de mapeo intradominio y, por lo tanto, podría decirse que tiene una base metonímica. Sin embargo, no es completamente metonímico, como en el ejemplo que se refiere a la Casa Blanca.
La conexión entre metáfora y metonimia puede ser complicada, ya que pueden interactuar de varias formas, como en la metonimia dentro de la metáfora y la metáfora de la metonimia. En resumen, hay cuatro diferencias básicas entre metáfora y metonimia. Sustitutos de metáforas y asociados de metonimia. El primero puede tomarse para indicar condensación y el último desplazamiento. La metáfora y la metonimia suprimen y combinan ideas respectivamente y la primera se basa en la similitud mientras que la segunda se basa en la contigüidad.