La retórica es una comunicación persuasiva. Es decir, es cualquier forma de discurso o escritura que tiene como objetivo convencer a una audiencia de un punto de vista particular en lugar de simplemente transmitir información. Los principios de la retórica fueron codificados por Aristóteles y otros filósofos griegos en la antigüedad. Estos principios todavía son seguidos por los oradores modernos en los campos del discurso y el debate. En un sentido más amplio, la retórica puede referirse al uso efectivo del lenguaje en cualquier forma de discurso.
El término «retórica» tiene muchas definiciones. Las primeras definiciones fueron establecidas por el filósofo griego Aristóteles en su influyente tratado del siglo IV sobre el tema. Para las civilizaciones griega y romana posterior, los principios del habla persuasiva fueron de suma importancia. Los primeros órganos gobernantes, como la Asamblea ateniense de Grecia y el Senado romano, decidieron cuestiones críticas como resultado de dicho discurso y debate. El trabajo de Aristóteles sobre el tema sobrevivió al colapso de la civilización griega y desde entonces ha sido estudiado por estudiosos del tema, llamados retóricos.
En esencia, la retórica es una forma de arte. Quienes dominan este arte tienen más probabilidades de convencer a los oyentes de sus puntos de vista, sean los que sean. Con este fin, los retóricos emplearán una amplia variedad de técnicas literarias, incluidas la metáfora, la hipérbole o la alegoría. También pueden usar técnicas argumentativas como la lógica, la manipulación emocional o el encanto personal para ganarse a la audiencia. Aristóteles se refirió a estas últimas técnicas como logos, pathos y ethos, respectivamente.
La retórica se usa ampliamente en muchos campos del quehacer humano. Los políticos pueden emplear numerosas técnicas retóricas para vencer a los oponentes o defender una causa o esfuerzo en particular. Los miembros del clero de muchas religiones deben dominar las habilidades retóricas para ministrar a sus congregaciones. Los abogados emplean estas mismas habilidades para persuadir a los jurados y jueces en los tribunales. El campo de la publicidad es famoso por su dominio de las técnicas persuasivas para vender productos y servicios a los consumidores.
Tenga en cuenta que en ninguno de estos campos es necesario que el mensaje transmitido sea verdadero, preciso o beneficioso. El arte de la retórica se aplica solo a la entrega de la información, no a su contexto interior. De hecho, muchos oradores a lo largo de la historia han utilizado estas técnicas para persuadir al público a cometer acciones que eran mortales para ellos mismos o para los demás. Los ejemplos incluyen a los asesinos en masa Charles Manson y Jim Jones y al infame líder nazi Adolph Hitler. La retórica es una herramienta poderosa y, como cualquier herramienta, debe usarse de manera responsable.