La confidencialidad de los expedientes médicos se refiere al derecho a que los expedientes médicos personales se mantengan privados y a la obligación de ciertas personas de hacerlo. Mantener la privacidad significa tomar las medidas adecuadas para evitar que un tercero no autorizado descubra la información médica de una persona. Proteger la privacidad de los pacientes de esta manera es una cuestión de ética profesional, pero también suele ser una cuestión de derecho.
Cuando un médico trata a un paciente, se espera que cualquier información que se comunique, descubra o especule dentro de esa relación se mantenga en forma confidencial. Aunque este tipo de protección a menudo se denomina privilegio médico-paciente, los médicos no son los únicos sujetos sujetos a las obligaciones de confidencialidad de los registros médicos. Se espera que otros profesionales de la salud, como psiquiatras, enfermeras y dentistas, actúen de la misma manera. Los estándares también se aplican a las personas asociadas con la industria del cuidado de la salud pero que no están directamente involucradas en la prestación de atención, como los técnicos de laboratorio, farmacéuticos y encargados de facturación.
Mantener la confidencialidad de los registros médicos implica varias cosas. Para empezar, los profesionales de la salud no deben proporcionar a terceros no autorizados acceso a la información sobre los pacientes. Esto incluye comunicaciones orales y escritas y acceso a archivos. Los profesionales de la salud también están generalmente obligados a tomar ciertas medidas para garantizar que la información médica esté protegida de una manera que evite que terceros la obtengan fácilmente sin consentimiento. Por ejemplo, una enfermera puede violar las regulaciones de confidencialidad de registros médicos al dejar el historial médico de una persona en una sala de espera.
Hay varias razones por las que la confidencialidad de los registros médicos es tan importante. Una razón principal es que este tipo de protección beneficia tanto a los pacientes como a los profesionales médicos. Si un paciente teme que la información que divulga a un profesional de la salud se comparta con otros, es posible que guarde secretos. En su detrimento, es posible que no reciba el tratamiento adecuado. Esta situación también puede presentar desventajas para el médico, ya que la ausencia de información que pueda llevar a un diagnóstico fácil y certero le obligará a esforzarse más. Otra razón por la que la confidencialidad de los registros médicos es tan importante es porque en muchas sociedades una persona tiene derecho a la privacidad.
Las consecuencias de revelar información médica a menudo son mayores que la vergüenza del paciente. A un profesional médico que lo haga se le puede ordenar que pague daños y se le puede ordenar a la instalación donde trabaja. Es muy probable que se termine su empleo y que se suspenda su licencia profesional. Sin embargo, cabe señalar que hay algunas situaciones en las que no se aplica la protección que ofrece la confidencialidad de los registros médicos, como cuando existe una orden judicial.