El labio leporino y el paladar hendido son el tipo más común de malformación facial en los bebés y afectan aproximadamente a una de cada 2,500 personas nacidas en los Estados Unidos. El labio leporino se desarrolla cuando la abertura del labio superior no se cierra por completo durante el embarazo. La apertura puede variar desde una pequeña muesca en el labio superior hasta una separación completa en ambos lados de la boca, que se extiende hasta la nariz. Los huesos de la línea de la encía superior y la mandíbula superior también se pueden separar. Un paladar hendido es cuando el paladar blando, hacia la parte posterior del techo de la boca, o ambos, el paladar blando y duro, ubicado hacia la parte frontal de la boca, no se cierra por completo durante el embarazo.
El labio leporino y el paladar hendido aparecen cuando los diferentes rasgos faciales, que se desarrollan por separado en el útero, no se conectan correctamente antes del nacimiento. El paladar normalmente se cierra a las 10 semanas de gestación, mientras que el labio se cierra entre las cinco y seis semanas de gestación. Este cierre, particularmente el cierre del labio, ocurre al principio del embarazo, antes de que muchas mujeres se den cuenta de que están embarazadas.
El labio leporino y el paladar hendido están vinculados a problemas genéticos y ambientales. Los niños cuyos padres nacieron con labio leporino o paladar hendido tienen de cuatro a seis veces más probabilidades de tener hendiduras que un niño sin estos antecedentes familiares. Los investigadores también creen que los problemas ambientales como las deficiencias de vitaminas durante la gestación, la exposición a toxinas o la exposición materna a virus pueden impedir que el labio y el paladar se cierren correctamente. Además, algunos grupos, como algunas tribus nativas americanas y asiáticos, son más propensos a desarrollar labio leporino y paladar hendido.
El labio leporino y el paladar hendido requieren tratamiento a través de una combinación de terapias, que incluyen corrección de ortodoncia, cirugía y terapia del habla. Los mejores resultados de la corrección quirúrgica se obtienen cuando la cirugía se realiza cuando el niño tiene entre seis semanas y nueve meses de edad. Los niños con labio leporino y paladar hendido a menudo tienen complicaciones que acompañan a la afección, incluidos problemas del habla, retrasos en el lenguaje, infecciones de oído más frecuentes de lo normal, pérdida de audición, dientes mal colocados y dientes perdidos. Cada caso se evalúa de forma individual para abordar los síntomas particulares que afectan al niño. Pueden ser necesarias varias cirugías durante un período de años, pero la mayoría de los niños con labio leporino o paladar hendido pueden eventualmente desarrollar un habla, una salud y una apariencia normales.