La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, pero los rumores de que el líder nazi Adolf Hitler realmente no murió en su búnker de Berlín han sobrevivido. Finalmente, un equipo de patólogos franceses ha presentado una prueba definitiva de la muerte de Hitler en abril de 1945. Las autoridades rusas permitieron al equipo examinar dientes y fragmentos de mandíbula que habían estado almacenados en Moscú durante más de 70 años, y concluyeron que “hay sin duda ”que los dientes pertenecían a Hitler. Las tropas soviéticas habían recuperado los restos del exterior del Führerbunker al final de la guerra. Los patólogos también observaron fragmentos de cráneo encontrados con los dientes y confirmaron que la evidencia indica que Hitler murió como se informó: por suicidio, muy probablemente por tomar cianuro y dispararse a sí mismo.
La muerte de Hitler, envuelta en propaganda soviética:
Hitler tenía notoriamente mal aliento, caries y enfermedad de las encías. El mal estado de sus dientes, así como su complicado juego de puentes y dentaduras postizas, ayudaron con la identificación, ya que podían compararse con las radiografías y los informes dentales de Hitler de la década de 1940.
Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética lanzó una campaña de propaganda conocida como Operación Mito que alentó el rumor de que Adolf Hitler todavía estaba vivo y había sido ayudado a huir de Alemania por los británicos o los estadounidenses. Durante décadas, los restos de Hitler se almacenaron en Moscú y a los investigadores externos se les negó el acceso.
Las teorías de la conspiración habían sugerido durante mucho tiempo que Hitler podría haber escapado a América del Sur, como lo habían hecho otros nazis prominentes como Adolf Eichmann y Josef Mengele.