Los campos oculares frontales (FEF) son áreas de la corteza frontal responsables de coordinar movimientos oculares rápidos en respuesta a estímulos visuales. Están ubicados en el área del cerebro conocida como la corteza premotora, con una serie de conexiones con otras partes del cerebro para procesar y responder rápidamente a la información sensorial. La investigación sobre los campos del ojo frontal proporciona información importante sobre la visión y la percepción, y puede ayudar a los investigadores a comprender qué sucede en algunas personas que tienen problemas de visión asociados con el movimiento ocular.
Esta área del cerebro desencadena el movimiento ocular sacádico, una forma muy rápida de movimiento en respuesta a estímulos externos. Cuando las personas leen, levantan la vista para ver algo al otro lado de la habitación, o mueven los ojos para rastrear algo interesante como un ciervo que huye, los campos frontales coordinan los movimientos oculares necesarios para realizar estas tareas. Esto requiere un alto grado de sofisticación, ya que el cerebro necesita poder clasificar rápidamente los estímulos por relevancia para encontrar información visual importante. También debe controlar la posición del cuerpo en el espacio para determinar cómo mover los ojos para rastrear un objeto de interés.
Las conexiones entre los campos oculares frontales y otras partes del cerebro le permiten procesar información visual, asignar prioridades a los objetos en el campo visual y decidir cómo responder a ella. Esto sucede en fracciones de segundo, ya que las personas deben poder responder casi instantáneamente a los estímulos. Las respuestas lentas pueden ser peligrosas, como por ejemplo si un conductor no reacciona rápidamente a un automóvil que se aproxima en el carril equivocado.
La atención también puede estar mediada por los campos oculares frontales. Examinan los datos entrantes para determinar qué estímulos requieren atención visual inmediata para recopilar más detalles o completar una tarea. Esto determina de qué manera se mueven los ojos. El cerebro debe sopesar constantemente la nueva información entrante para decidir cómo redirigir la atención en respuesta a los entornos cambiantes. Esta información también puede interactuar con otros sistemas en el cuerpo para desencadenar respuestas apropiadas a los estímulos, como agacharse cuando alguien ve un arma disparada.
Los errores con las vías neurológicas que conducen hacia y desde los campos del ojo frontal pueden ocurrir como resultado de daño cerebral o problemas congénitos. Los pacientes pueden tener problemas para enfocar y procesar la información visual. Esto puede dificultar la respuesta a los estímulos; por ejemplo, un paciente podría no ser capaz de rastrear el movimiento de una persona u objeto a través de una habitación. Del mismo modo, las búsquedas visuales podrían ser más difíciles sin los campos oculares frontales completamente funcionales.