En el cerebro, el sistema límbico consta de varias estructuras que ayudan a regular la memoria y la emoción. Un componente de este sistema, conocido como núcleo septal o área septal, está involucrado en la inhibición del miedo y la expresión de respuestas placenteras. Esta estructura recibe información y envía información a muchas partes del cerebro, incluidas otras estructuras del sistema límbico y el tálamo, que dirige los estímulos entrantes desde la mayoría de los sistemas sensoriales.
Cerca del centro del cerebro, justo debajo del cuerpo calloso, se encuentran los núcleos septales, ubicados cerca de muchas de las estructuras con las que interactúa. Este es un conjunto de nervios que conectan los hemisferios del cerebro. Desde una perspectiva evolutiva, esta área parece haber sido una rama del hipocampo, una estructura en el sistema límbico involucrado en la memoria. En consecuencia, hay fuertes conexiones entre estas dos regiones.
Las proyecciones nerviosas median las conexiones del hipocampo con el tronco encefálico y el hipotálamo, ambos involucrados en procesos automáticos. Las porciones medial y lateral del área septal parecen regular la interacción de estas tres áreas. Funcionalmente, esto permite que estos núcleos regulen la formación y recuperación de la memoria del hipocampo en respuesta a la excitación, que está mediada por el hipotálamo y el tronco encefálico.
Una región del cerebro involucrada en la expresión del miedo y otras emociones llamada amígdala, también está regulada a través de los núcleos septales. Al igual que sus conexiones con el hipocampo, estos núcleos regulan la interacción con el hipotálamo. La excitación y la activación de la amígdala pueden provocar conducta sexual y contacto físico. Las señales inhibitorias enviadas por el área septal modulan esta respuesta y promueven un contacto más discriminatorio. Algunos investigadores creen que esta inhibición contribuye a formar vínculos emocionales más cercanos y duraderos.
Las porciones de los núcleos septales sirven como centro de recompensa, lo que significa que genera respuestas agradables a ciertos estímulos. Estas respuestas ayudan a crear una sensación de recompensa por ciertos comportamientos. Los estudios en animales han demostrado que cuando se implantan dispositivos que permiten a las ratas estimular esta área directamente, lo harán repetidamente para experimentar la sensación placentera.
Ciertos trastornos mentales pueden implicar cambios en los núcleos septales. Se encontró que las personas con trastorno bipolar y esquizofrenia tenían una densidad celular más baja en esta área en comparación con sujetos sanos. También se encontró una correlación en individuos con trastorno depresivo mayor, donde el período de tiempo que tuvieron su trastorno se relacionó con tener densidades celulares más bajas. Es probable que esta interacción se deba a la importancia del área septal en la regulación emocional.