El costeo retroactivo es una estrategia que consiste en retrasar el proceso de costeo hasta que se complete la producción de bienes o servicios. Una vez que finaliza el ciclo de producción, los costos se aplican a la operación, lo que permite determinar los costos asociados con la fabricación de los productos y establecer el precio de venta en consecuencia. Uno de los beneficios de esta estrategia es que no es necesario seguir de cerca los costos a medida que ocurren, lo que simplifica el proceso de contabilidad mientras el proceso de producción está en progreso. Si bien este enfoque es relativamente fácil, la falta de detalles a veces puede crear problemas en una fecha posterior.
El concepto de costeo de retrolavado a menudo se asocia con una operación JIT o justo a tiempo. Con este enfoque, uno de los objetivos es mantener el inventario de materias primas lo más bajo posible. Por lo tanto, los pedidos de materias primas están programados para que los productos lleguen justo antes de que comience la producción. Cuando se recibe la facturación de los materiales, se producen los bienes, se calculan los costos y los productos se venden a una tasa que cubre los gastos. Todas las publicaciones relevantes en los libros de contabilidad de la compañía se realizan en ese punto, manteniendo así los libros equilibrados y objetivos, pero sin la necesidad de realizar contabilizaciones múltiples durante todo el proceso de producción.
Uno de los inconvenientes de los costos de retrolavado es que no se considera que la estrategia cumpla ampliamente con los principios de contabilidad generalmente aceptados. Esto se debe a que es probable que el inventario esté infravalorado durante el curso de la producción, ya que el costo real del inventario recién llegado no se contabiliza hasta que finaliza la producción. Esta situación a veces se estructura para permitir la publicación de un costo estándar para las materias primas cuando se compran. También hay algunas objeciones a no reconocer los productos terminados hasta el punto de venta, en lugar de contabilizarlos en un inventario de productos terminados, como es el caso con otros métodos de contabilidad.
Si bien el costeo retroactivo funciona bien con un enfoque de inventario justo a tiempo, la falta de detalles a veces puede crear problemas durante una auditoría de los registros financieros de la empresa. Esto puede llevar a situaciones en las que se hace necesario utilizar la documentación existente para reconstruir la cadena de eventos involucrados en el proceso de producción, en lugar de simplemente seguir la secuencia de eventos registrada en los registros contables. Por esta razón, el uso de costos de retrolavado puede generar más trabajo del que hubiera sido necesario siguiendo un enfoque contable más tradicional.
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