En Cuba y algunos de sus puestos de avanzada estadounidenses como Miami, un estilo popular de hamburguesa se llama la frita Cubana. Mezclando especias más complejas y claramente cubanas, el plato es tan popular, si no más, entre los cubanos como la versión occidental más estandarizada y prevalente. Con un bollo hecho de pan cubano o incluso la suave y enriquecida variedad blanca, esta hamburguesa se basa en una empanada hecha con carne molida y a menudo chorizo de cerdo, luego se cubre con papas fritas, cebollas, lechuga y un condimento picante a base de salsa de tomate.
La carne utilizada en una frita tradicional suele ser una mezcla de carne molida de res y cerdo molida o chorizo. Muchos chefs amasan la carne con una variedad de cebolla rallada, ajo picado, pimentón, comino, Worcestershire y salsa de tomate, y luego dejan marinar durante unas horas antes de asar las empanadas. Se pueden usar migas de pan o un huevo para espesar la consistencia de la hamburguesa, pero no se debe agregar hasta justo antes de asar.
La mezcla de especias en la carne no es la única característica exclusivamente cubana de la frita. Otro componente claramente cubano es su generoso nivel de papas fritas. Este es el tema en algunos sándwiches nativos, como el pan de bistec, que sustituye las carnes molidas por el bistec sazonado.
La lechuga y la cebolla en rodajas encima de la frita son comunes en muchas hamburguesas occidentales. La salsa, sin embargo, es una historia diferente. Una salsa de salsa de tomate picante es el condimento más frecuente que se usa cuando se junta la frita. La salsa combina un poco de agua, vinagre y pasta de tomate con más pimentón, ajo y comino, así como algo de azúcar, sal y, a menudo, algunas hojuelas de pimienta o aceite de chile. Se lleva a ebullición y luego se cuece a fuego lento durante al menos 10 minutos. Muchos cubanos sostienen que sin esta salsa, la hamburguesa cubana no estaría completa.
Algunos restauradores usan bollos sencillos de pan blanco para envolver su frita, pero los conocedores tienden a preferir el pan cubano, que tiene una cáscara más dura y un sabor más salado. Otra variación es una salsa más cremosa que agrega un poco de leche y aderezo Thousand Island al ketchup y otros ingredientes. Algunos chefs incluso asan las cebollas o agregan otra capa con rodajas de tomate.
Los puestos de comida y los restaurantes en toda Cuba, Miami y otras ciudades del sur de Florida venden fritas como si fueran hot dogs o giroscopios. Estos chefs a menudo recomiendan que no se escatime la salsa y se use un bollo cubano fresco. Usar papas fritas muy pequeñas también es importante, ya que las papas más gruesas pueden no tener una textura comparablemente crujiente.