¿Cuáles son los síntomas de acromegalia más comunes?

Los síntomas de acromegalia más comunes son dolores de cabeza y pérdida parcial de la visión. Sin embargo, debido a que la acromegalia implica tanto un crecimiento tumoral como un aumento en los niveles hormonales, esta enfermedad puede causar una variedad de cambios neurológicos y físicos. Los cambios físicos más obvios pueden incluir hinchazón de los pies o las manos, que se nota por un cambio significativo en el tamaño del zapato o del anillo; ensanchamiento o agrandamiento de los rasgos faciales, que puede determinarse por comparación con fotografías antiguas del individuo; y bocio causado por hinchazón de la tiroides. Estos síntomas de acromegalia visualmente reconocibles pueden desarrollarse gradualmente durante un período de varios años.

La acromegalia es un trastorno hipofisario poco común que generalmente se desarrolla en la mediana edad. En esta enfermedad, la glándula pituitaria produce un exceso de hormona del crecimiento, generalmente debido a la presencia de un tumor benigno llamado adenoma. Los síntomas de la acromegalia neurológica, como los dolores de cabeza, son causados ​​por la presión del tumor sobre los tejidos cercanos. En ocasiones, los síntomas de la acromegalia pueden ser causados ​​por un tumor en otra parte del cuerpo, como el páncreas o los pulmones.

Los síntomas de la acromegalia relacionados con la producción de un exceso de hormona del crecimiento pueden causar una variedad de tejidos u órganos agrandados. El agrandamiento de órganos puede incluir el corazón, el hígado, el bazo o los riñones. El agrandamiento de los senos nasales o de las cuerdas vocales puede llevar a que la voz se vuelva más grave o ronca. Otros tipos de tejidos inflamados o agrandados podrían incluir un aumento en el tamaño del pecho o la lengua, protuberancia de la mandíbula inferior, agrandamiento de la nariz o engrosamiento de las palmas de las manos o las plantas de los pies. La hinchazón de los tejidos puede causar congestión crónica de los senos nasales o apnea del sueño.

Otros síntomas que pueden no estar relacionados de inmediato con la acromegalia incluyen la presencia de múltiples marcas en la piel o pequeñas excrecencias de la piel, olor corporal o sudor excesivo, acné o piel grasosa, fatiga crónica o debilidad muscular. En las mujeres, los períodos menstruales pueden volverse irregulares, mientras que los hombres pueden experimentar dificultades para mantener o lograr la erección. Ambos sexos pueden experimentar una movilidad limitada debido al dolor crónico de espalda o articulaciones.

Si no se trata, la acromegalia puede tener complicaciones graves, lo que lleva a daños permanentes y afecciones médicas que la acompañan. Estos pueden incluir artritis, miocardiopatía, pólipos en el colon, fibromas uterinos, diabetes, hipertensión o pérdida total de la visión. Si bien el tratamiento no puede revertir el crecimiento óseo causado por la acromegalia, a menudo puede reducir o detener la inflamación de los tejidos y disminuir el riesgo de complicaciones graves del individuo. El tratamiento podría consistir en la extirpación del tumor mediante cirugía o radiación, el uso de medicamentos para reducir los niveles de la hormona del crecimiento o ambos.