Las náuseas y el estrés comparten raíces comunes y, a menudo, se experimentan juntos. La ansiedad y el estrés comúnmente desencadenan episodios de náuseas, que varían en severidad desde las conocidas mariposas en el estómago hasta una angustia debilitante grave y vómitos inminentes. El estrés afecta a muchos órganos del cuerpo y el estómago no es una excepción.
Las náuseas, una sensación de malestar, son un síntoma más que una enfermedad. Es una sensación de que el estómago está revuelto y que la persona puede vomitar. Aunque muchas afecciones y enfermedades pueden desencadenar oleadas de náuseas, la ansiedad es una de las causas más comunes y la mayoría de las personas ha experimentado esta reacción en algún momento.
En momentos de estrés, el cuerpo responde liberando hormonas, como la adrenalina, que desencadenan la respuesta de lucha o huida. El estado de alerta aumenta, la respiración y la frecuencia cardíaca aumentan, y los músculos están preparados para una respuesta física. Estas hormonas fluyen por todo el cuerpo y, cuando llegan al tracto digestivo, el estómago responde aumentando la producción de ácido, lo que provoca náuseas.
Todas las fuentes de ansiedad desencadenarán esta respuesta de lucha o huida. Ya sea frente al ataque de un depredador, defendiéndose del matón de la escuela, hablando ante una gran audiencia o discutiendo con un miembro de la familia, se liberan las mismas hormonas. La incapacidad de seguir los impulsos de lucha o huida, de confrontar o escapar, a menudo se experimenta como estrés. En el mundo moderno, las respuestas físicas violentas a menudo son inapropiadas y la necesidad de reacciones calmadas y racionales o, en algunos casos, de evitar reaccionar, puede conducir a un mayor estrés. Esta causa hormonal común vincula las náuseas y el estrés.
Cuando se trata de peligros inmediatos y enfrentamientos breves, la lucha o la huida es un mecanismo de supervivencia eficaz. Sin embargo, en casos de preocupación prolongada o angustia emocional, la liberación constante de hormonas comienza a pasar factura.
El estrés crónico y las náuseas a menudo también van acompañadas de otros síntomas. Los síntomas gastrointestinales como hinchazón, diarrea, estreñimiento o síndrome del intestino irritable son comunes. Las náuseas intensas pueden provocar vómitos. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, es posible que los pacientes deban consultar con un profesional médico.
Controlar la ansiedad puede ayudar a controlar las náuseas y el estrés. Las técnicas de respiración profunda y relajación suelen ser efectivas para reducir rápidamente los niveles de ansiedad, y el ejercicio puede quemar parte de esa adrenalina. Por supuesto, el alivio a largo plazo requerirá que se aborde la fuente de ansiedad.