El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el autismo son afecciones que generalmente se diagnostican en la infancia, aunque los adultos también las padecen. El TDAH y el autismo son afecciones distintas y separadas, pero los investigadores han descubierto que existen algunas conexiones o similitudes entre estas afecciones. Por ejemplo, las conexiones entre el TDAH y el autismo pertenecen específicamente a las similitudes en algunos de los comportamientos exhibidos y la similitud en su ubicación cromosómica.
Aunque existen diferencias entre las dos condiciones, también existen similitudes. Tanto los niños autistas como los con TDAH pueden mostrar rabietas o alteraciones en sus acciones, y pueden producirse risas, risas, interrupciones o conversaciones inapropiadas. Puede haber poco contacto visual o puede parecer que el niño no escucha las instrucciones. El niño puede ser impulsivo o parecer cometer errores por descuido con frecuencia. Habrá inconsistencia o problemas en la motricidad fina y gruesa.
Como los investigadores ahora tienen más conocimientos sobre genética que en el pasado, pueden buscar información relacionada con la causa genética de diversas afecciones. Este tipo de investigación va al corazón de cómo y por qué ocurren las condiciones desde una perspectiva física. En un estudio publicado por el American Journal of Human Genetics, los investigadores encontraron que, a pesar de que el TDAH y el autismo son diferentes, en realidad ambos se encuentran en el cromosoma 16.
Al principio, no se entendía completamente cómo el cromosoma 16 podría estar involucrado tanto en el TDAH como en el autismo porque, aunque existen similitudes, también existen marcadas diferencias en la manifestación externa de los síntomas en cada condición. Más tarde, algunos investigadores pensaron que los genes no siempre son necesariamente específicos de un solo diagnóstico. En otras palabras, pensaron que un gen podría potencialmente predisponer a una persona a desarrollar una variedad de condiciones en lugar de una sola condición. Pensaron que es posible que el cromosoma 16 predisponga a una persona al TDAH, el autismo o cualquiera de varias afecciones en lugar de que el cromosoma 16 sea predictivo de una sola afección.
Es de destacar que, aunque los investigadores han encontrado que el autismo y el TDAH se encuentran en la ubicación del cromosoma 16, los investigadores aún sospechan que los factores relacionados con el medio ambiente también están involucrados en estas condiciones. Por ejemplo, creen que el medio ambiente afecta la expresión del cromosoma 16 y juega un papel en la determinación de si una persona tendrá TDAH o autismo. La investigación sobre este tema está en curso y los investigadores están haciendo un esfuerzo para determinar aún más la naturaleza de la interacción entre la genética y el medio ambiente perteneciente al TDAH y el autismo.