Cancrum oris, también llamado noma, es una infección bacteriana destructiva que ataca el tejido de la boca y la cara. Esta enfermedad, que es una forma de gangrena, no es contagiosa y se observa principalmente en niños de países en desarrollo. Está asociado con desnutrición y un sistema inmunológico débil. El tratamiento temprano con antibióticos y apoyo nutricional puede retrasar la propagación de la enfermedad.
Noma, la palabra griega para devorar, es un término que se usa para describir la rápida destrucción tisular del cancrum oris. Los pacientes pueden desarrollar grandes áreas de tejido muerto en la cara, lo que conduce a una desfiguración grave. Esta desfiguración puede interferir con la capacidad del paciente para comer o hablar.
La mayor incidencia de noma se observa en niños que viven en los países africanos de Nigeria y Senegal, aunque esta enfermedad también está presente en algunos países de Asia y América del Sur. La mayoría de los pacientes que contraen cancrum oris tienen entre 1 y 4 años de edad. Estos pacientes viven en áreas de saneamiento deficiente con agua potable insegura y, a menudo, comparten sus viviendas con ganado domesticado.
Un brote de esta enfermedad gangrenosa en un niño suele aparecer después de otra infección viral o bacteriana, como el sarampión o la malaria. Un sistema inmunológico debilitado, una mala nutrición y una mala higiene bucal pueden provocar la formación de úlceras en la boca. Estas úlceras proporcionan un entorno para que las bacterias ingresen a los tejidos. Se cree que una combinación de bacterias que incluyen especies de Fusobacterium y Prevotella son los agentes principales que causan cancrum oris. Las enzimas y toxinas liberadas por estas bacterias son responsables de la destrucción de los tejidos.
Los primeros síntomas de esta enfermedad incluyen fiebre, hinchazón y mal olor procedente de la boca. Estos síntomas agudos pueden progresar rápidamente hasta que las bacterias hayan destruido los tejidos blandos, los músculos y los huesos. Muchos pacientes no reciben tratamiento médico durante los síntomas agudos, aunque el tratamiento temprano con antibióticos puede retrasar la progresión de la enfermedad.
Los pacientes que no reciben tratamiento médico suelen desarrollar una desfiguración grave de la cara y la mandíbula. Es posible que vean algún beneficio de la reconstrucción quirúrgica después de que se haya tratado la afección, pero casi nunca se restaura la función completa. Cancrum oris tiene una alta tasa de mortalidad.
La prevención a menudo se considera la mejor manera de tratar el cancrum oris. Educar a las familias sobre higiene, nutrición y saneamiento es un paso importante en la prevención. Alentar a las madres a amamantar por más tiempo también puede mejorar el estado nutricional e inmunológico de los niños en los países afectados. Enseñar a las familias sobre los primeros síntomas del cancrum oris puede permitir que los pacientes reciban un tratamiento con antibióticos lo suficientemente rápido como para prevenir una desfiguración grave o la muerte.