¿Qué factores afectan la percepción del dolor?

Entre los muchos factores que afectan la percepción del dolor se encuentran el estado emocional de una persona, ciertas señales auditivas y percepciones visuales. Los estímulos sensoriales también contribuyen a sentir dolor. Además de los contribuyentes mentales y físicos, los científicos que estudian cómo las personas perciben el dolor han descubierto que, incluso en ausencia de medicamentos para aliviar el dolor, la sensación de dolor se puede controlar con un esfuerzo mental enfocado.

Al estudiar la conexión mente-cuerpo, los investigadores han descubierto que diferentes tipos de percepción contribuyen a la sensación física de dolor. Por ejemplo, la percepción auditiva puede contribuir a la sensación de dolor y su intensidad. Esto a veces es cierto en pacientes diagnosticados con un trastorno de dolor regional complejo. Para estas personas, los sonidos cotidianos, como el sonido de una bocina o el portazo de una puerta, pueden provocar dolor en determinadas zonas del cuerpo.

La percepción visual también contribuye en gran medida a la percepción del dolor. Como el dolor es en gran parte un mecanismo de protección que indica peligro para la conciencia, la visión de un evento doloroso a menudo intensifica la sensación física de dolor. Un ejemplo de este tipo puede ser una persona a la que se le permite observar cómo se hace una incisión en el cuerpo. Incluso con anestesia, a veces se presenta una mayor percepción del dolor en tales casos. Además de situaciones de percepción visual como ésta, la expectativa mental del dolor también contribuye a su presencia e intensidad.

Los investigadores que estudian la percepción del dolor han descubierto que el estado emocional de una persona afecta significativamente el grado de dolor que siente cuando se somete a estímulos dolorosos. Se ha observado que los participantes de la investigación en estados de ánimo optimistas experimentan menores grados de dolor que los que están en estados de ánimo incómodos, enojados o deprimidos. La percepción visual y la emoción a menudo trabajan juntas en este sentido. Por ejemplo, estos mismos resultados se han encontrado en participantes que reciben pequeñas descargas eléctricas mientras simultáneamente se les muestran imágenes que se perciben como agradables o hermosas mientras que a otros participantes se les muestran fotos que se consideran sombrías o desagradables. Los participantes expuestos a paisajes desagradables experimentan un dolor más intenso por los golpes que los otros participantes a los que se les muestran fotos visualmente atractivas.

Por supuesto, la percepción sensorial también juega un papel en la percepción del dolor. Cuando el cuerpo se daña de alguna manera, se envían señales de dolor al cerebro en un esfuerzo por notificar a la conciencia de una persona que algo anda mal. Sin embargo, incluso con la presencia de estímulos dolorosos, los investigadores han descubierto que la meditación, las imágenes guiadas, la hipnosis y otros métodos para controlar la mente y el cuerpo son de gran ayuda para controlar la percepción del dolor.