Los forúnculos, o abscesos cutáneos, son protuberancias grandes, dolorosas y rojizas que resultan de infecciones profundas en la piel.
Un forúnculo generalmente comienza como un área sensible que se endurece y se hincha como un «grano ciego». Puede desarrollarse lentamente, pero eventualmente el centro se ablandará y desarrollará una «cabeza». La cabeza está llena de bacterias, proteínas y la acumulación de glóbulos blancos enviados para combatir la infección, también conocida como pus. Cuando el hervor alcanza su etapa final, se puede drenar con lancetas o se puede drenar espontáneamente. Las compresas calientes aplicadas ayudarán en este proceso, ya que el calor extrae más sangre para combatir la infección.
Hay varios tipos de forúnculos, incluidos furúnculos o carbuncos, causados por una bacteria llamada estafilococo aureus. Este tipo de lesión, que puede tener múltiples aberturas en la piel, a veces se acompaña de fiebre o escalofríos. Otro tipo común es causado por el acné quístico. Estos abscesos se forman debido a conductos de aceite obstruidos o infectados. El acné quístico afecta los tejidos cutáneos más profundos que el del acné común y, a menudo, se asocia con la adolescencia.
Los forúnculos también se pueden formar como resultado de un vello encarnado o en el sitio de cualquier punción en la piel, como una astilla o un corte que pueda infectarse. En la mayoría de los casos, la aplicación de compresas de calor húmedo ayudará a llevar el bulto a la cabeza, pero perforar la lesión antes de que se forme la cabeza no aliviará la sensibilidad ni ayudará a la curación. De hecho, puede tener el efecto contrario y ralentizar el proceso de curación.
Algunos tipos de medicamentos con cortisona, como la prednisona, pueden inhibir el sistema inmunológico y aumentar la probabilidad de forúnculos, y las personas con sistemas inmunitarios deteriorados también pueden tener una mayor tendencia a desarrollarlos.
Puede suceder, especialmente con lesiones más grandes, que sea necesario punzar y drenar varias bolsas de pus. En este caso, lo mejor sería consultar a un médico. A veces se recetan antibióticos, sin embargo, no siempre se necesitan medicamentos.
Un tipo de forúnculo menos común pero bien conocido que probablemente requiera atención médica es la hidradenitis supurativa, que se caracteriza por múltiples abscesos en las axilas o la ingle como resultado de la inflamación de las glándulas sudoríparas. Estas lesiones pueden ser difíciles de tratar y podrían requerir un procedimiento quirúrgico en el que se extirparían las glándulas sudoríparas afectadas.
Aunque la mayoría de los forúnculos se pueden tratar en casa, se recomienda que las personas con el sistema inmunológico comprometido o aquellas que experimenten fiebre junto con la lesión se comuniquen con un médico como medida de precaución. Las reacciones alérgicas a los medicamentos oa las picaduras de abejas también pueden provocar ronchas rojas que pueden parecerse a forúnculos. Un médico debe controlar la aparición espontánea de una erupción de ronchas. La urticaria se distingue por la picazón que acompaña a las ronchas.