¿Cuáles son los diferentes tipos de lesiones en la ingle?

Las lesiones en la ingle incluyen lesiones musculares, traumatismos directos en la ingle, inflamación e infección y problemas neurológicos. La mayoría implica tensión en los músculos de la ingle y se resolverá con el descanso y la aplicación de hielo y calor según sea necesario. En otros casos, es posible que se requiera evaluación y tratamiento médicos para resolver la lesión.
En el caso de lesiones musculares, los músculos se pueden estirar o tensar cuando las personas hacen ejercicio sin calentar, extienden demasiado los músculos o experimentan lesiones desgarradoras, como las asociadas con una pérdida de equilibrio y una caída. El paciente puede experimentar un dolor inmediato en el momento de la lesión. Un dolor sordo y punzante suele caracterizar un tirón muscular. En caso de distensiones graves, el paciente puede tener dificultades para caminar como resultado de la rigidez y la hinchazón de los músculos. Por lo general, se recomienda descansar para permitir que el músculo se recupere, seguido de fisioterapia suave para recuperar la fuerza antes de reanudar las actividades habituales.

Un tipo específico de lesión muscular conocida como hernia también es un problema que se puede ver en la ingle. En una hernia verdadera, llamada hernia inguinal, los músculos de la pared abdominal se separan, lo que permite que el contenido sobresalga y cree una protuberancia distintiva. Las hernias deportivas, una variación, ocurren cuando la pared del músculo se adelgaza, pero no se separa. El paciente experimenta dolor e incomodidad, pero el contenido abdominal permanece fijo.

El trauma directo en la ingle es una causa común de lesiones en la ingle para los atletas en deportes de contacto, una de las razones por las que se recomienda a los atletas que usen equipo de protección. Las patadas accidentales son comunes y, a veces, los atletas chocan con otros jugadores o son golpeados involuntariamente. Esto puede causar un dolor severo tanto en hombres como en mujeres y puede dar lugar a complicaciones futuras si se desgarran los músculos o los nervios. En algunos casos, el trauma causa una laceración en la ingle y pueden ser necesarios puntos de sutura para repararla. Las lesiones de la ingle asociadas con traumatismos deben evaluarse en busca de hemorragia interna.

La inflamación y la infección, incluida la inflamación de la pelvis y las articulaciones de la cadera, también pueden estar asociadas con una lesión en la ingle. El paciente puede experimentar un dolor sordo y generalizado y pensar que un músculo se ha desgarrado o dislocado. Por último, los problemas de la espalda baja también pueden provocar lesiones en la ingle. Si se pellizcan los nervios de la parte inferior de la espalda, esto creará un dolor referido en otras áreas del cuerpo, incluida la ingle. El paciente puede experimentar entumecimiento u hormigueo y, en algunos casos, la alteración de la sensibilidad pone a las personas en riesgo de lesiones adicionales en la ingle, ya que no reconocen el daño cuando ocurre y continuarán realizando actividad física después de un tirón o distensión muscular.